El comunero Víctor Llanquileo Pilquimán, condenado a 21 años de cárcel por protagonizar un asalto con rehenes en Galvarino, fue trasladado desde la cárcel de la Provincia de Arauco a una instalación semi abierta en Cañete.

Lo anterior fue criticado por el gobernador regional del Bío Bío, Rodrigo Díaz. El hombre presionó por su traslado mediante una huelga de hambre y hubo una serie de atentados reivindicado por grupos que exigían aquello.

Llanquileo Pilquimán había sido condenado en diciembre de 2019 tras ser declarado culpable de robo con violencia calificado, porte de armamento de guerra y lesiones a un carabinero, en un asalto a una sucursal de Caja de Compensación Los Andes en Galvarino, el año 2018.

Junto a un grupo, incluso tomaron como rehén a uno de los cajeros.

Ingresó a cumplir condena a la cárcel de Arauco, sin embargo, decidió iniciar una huelga de hambre para presionar por un traslado a un centro penitenciario de menor intensidad.

Ayer viernes, Gendarmería lo trasladó finalmente al Centro de Educación y Trabajo de Cañete, en una decisión cuestionada por el gobernador Díaz.

Opinó que la institución debe ser “más estricta” en el manejo de sus protocolos.

La huelga de hambre no fue la única medida de presión para lograr este traslado: una serie de atentados y hechos de violencia fueron justificados por sus autores como parte de acciones tendientes a exigir su traslado intrapenitenciario.

Pese a ello la delegada presidencial, Daniela Dresdner, señaló que Gendarmería es autónoma para evaluar requisitos y protocolos requeridos para estos casos.

Tanto en el ataque con explosivos registrado el domingo del Plebiscito en Hualqui por un grupo anarquista, como el atentado de la organización RML que destruyó el Molino Grollmus y dejó 3 heridos (uno de ellos con una pierna amputada), reivindicaban el traslado de Llanquileo, exigencia que fue cumplida, quedando el condenado ahora en este centro de educación y trabajo, semi abierto, sin garita, ni muros.