"Si ganaste esta batalla, tócala fuerte para que se escuche hasta el cielo", así reza la placa instalada junto a la campana que donó con última voluntad un joven que murió de leucemia y que permitirá a los pacientes que superan la quimioterapia anunciar y celebrar que están en proceso de recuperación.
La última voluntad de un joven que murió tras luchar contra una leucemia linfoblástica fue regalar una campana del bronce al servicio de hematología adultos del Hospital Regional de Concepción para que cada paciente que logra salir de quimioterapia lo toque y anuncie a todo el recinto asistencial que está en proceso de recuperación.
Gonzalo Fuentes, de 25 años y oriundo de Quirihue, murió en enero de este año tras luchar desde 2019 contra una leucemia linfoblástica, que resistió incluso el trasplante de médula.
La estadía del joven en el hospital caló hondo entre los funcionarios y pacientes, ya que organizó campañas para apoyar a niños con cáncer y de reclutamiento de donantes altruistas de sangre.
“Si pudiese retroceder el tiempo no lo haría, agradezco lo que me tocó vivir, cada respiración es vida, me siento en paz y feliz, como ahora, escribiendo este relato, el que quizás será mi última huella”, afirmó Gonzalo en un texto impreso en el calendario 2022 de la Fundación Arturo Pérez López.
Pero su legado no terminaría ahí. Tras su muerte, Otilia, su madre, llegó a la unidad de Hematología y regaló, en representación de su hijo, una campana para que los pacientes que superen el cáncer puedan celebrarlo.
“Si ganaste esta batalla, tócala fuerte para que se escuche hasta el cielo”, reza la placa que acompaña la campana y que recordará el paso Fuentes por el recinto asistencial.
Campana volvió a tocar con egreso de paciente
Así ocurrió con el egreso de quimioterapia de Luis Pradel Terán, paciente de hematología adultos, que tras salir de la unidad hizo sonar la campana de bronce.
El acto de celebración tuvo aplausos, felicitaciones, abrazos y palabras de todo el equipo de hematología, pues el logro de Pradel, es de todos. Entre ellos estaba la Dra. Mónica Romero, hematóloga, quien destacó que “este es un paciente muy querido por nosotros, que lleva bastante tiempo en nuestra unidad, en quimioterapia por una leucemia mieloblástica aguda, paciente mayor de 60, que afortunadamente ha respondido bien a su quimioterapia”.
La profesional explica que durante su tratamiento, el paciente pasó muy malos momentos, sobre todo en el inicio, pero con el tiempo se adaptó y lo toleró bien.
De esa forma, el jueves pasado, Luis volvió a vestir ropa de calle, se sentó en la silla de ruedas en que debe salir el paciente de su hospitalización y entre aplausos llegó, tomó el lazo de la campana y golpeó varias veces.
“Me siento muy bien, muy aliviado, muy satisfecho de haber pasado por acá, independiente del tema de la enfermedad satisfecho de haber conocido toda esta gente, tan linda”, dijo, mientras recibía el abrazo de su esposa.
En el servicio de hematología adultos se hospitalizan y asisten a sesiones de quimioterapia, pacientes de toda la región. En su mayor parte padecen linfomas y Leucemia, enfermedad agresiva, que puede ser aguda o crónica y se entienden como la presencia de células malignas en la sangre.
La Dra. Romero indicó que “los pacientes que terminan su quimioterapia y están en respuesta, como es el caso de don Luis, pasan a control ambulatorio de su enfermedad, cada dos o tres meses el primer año, luego más distanciados. Si la leucemia no ha vuelto durante 5 años, podemos decir que el paciente está curado”.
El hombre se despidió del equipo tratante y fue recibido por su esposa. Salió del hospital en sillas de ruedas y volvió a su casa en Coronel para reunirse con sus dos hijos.