13 días después de la llegada del primer caso de coronavirus a nuestro país, en marzo de 2020, se decretó la suspensión de las clases presenciales a nivel nacional, dando inicio a un periodo de educación a distancia, donde tomó relevancia el WhatsApp.
El Ministerio de Educación implementó de ese modo diferentes alternativas para apoyar a los diferentes niveles. Estuvo la plataforma Aprendo en Línea, un trabajo intensivo con textos escolares desde el hogar, Aprendo en Casa, e incluso un trabajo televisivo y radial.
Esto se complementó con otras plataformas enfocadas en los docentes, para que también pudieran llevar a cabo su labor desde los hogares.
Uno de los planes del programa “Leo primero” era que todos los niños mejoraran sus niveles de comprensión lectora. Fue así que durante el 2020 se lanzó un WhatsApp para el envío de recursos e información relevante a docentes de primero y segundo año básico.
Sin embargo, el uso de esta aplicación terminó siendo una opción concreta para la Escuela Amanecer de Duqueco de Los Ángeles. No obstante, no fue directamente hacia los profesores, sino que para los alumnos.
Desde iniciada la pandemia, los estudiantes de este recinto comenzaron a recibir sus clases a través de mensajes de texto y notas de audio compartidas en los grupos de cada nivel educativo.
Clases por WhatsApp, pero con pésima conectividad
En el caso de este recinto municipal, no existió la posibilidad de las videollamadas debido a la poca o casi nula conectividad de los estudiantes, en su mayoría habitantes de zonas rurales de Los Ángeles.
Quien es profesora de educación general básica hace 30 años, Lucy Lagos, comentó que enseñar bajo esta modalidad fue un desafío interesante, pero también resultó siendo frustrante con el paso del tiempo.
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Ella explicó que en sólo un día atiende a cuatro cursos, donde se bordean los 25 a 30 estudiantes, por lo que la cantidad de tareas que ellos envían y la retroalimentación que caracteriza a las salas de clases no se alcanza a igualar, pero donde si se perciben centenas de mensajes en solo minutos.
Efectos educativos y emocionales
Marianne, una de las apoderadas, que expuso la situación y comentó a Radio Bío Bío de Los Ángeles que su hija apenas logró pasar por la etapa de sociabilización en pre kinder, y luego no volvió a tener clases presenciales.
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En tanto Fernanda, que tiene tres hijos en diferentes niveles educativos, confesó lo complejo que ha sido sostener la educación de los menores, más aún cuando uno de ellos tiene déficit atencional.
“Tengo un comedor promedio normal, los tres niños se sientan ahí, y es una zalagarda. Una se tiene que parar porque no entiende, otra se pone audífonos porque no entiende, y ahí tengo que estar yo para los tres, ninguno de los tres logra entender lo que la profesora está impartiendo por WhatsApp”, enfatizó la mujer.
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Otra apoderada, Miryan, explicó que la situación se salió de las manos, y que los menores se están atrasando, ya que muchas veces ellas como madres no tienen los conocimientos para resolver las dudas con las que quedan luego de las clases.
Clases por WhatsApp era la opción
En estos dos años de pandemia el uso del WhatsApp fue la alternativa para esta escuela, precisamente por la falta de buena conexión a internet en los hogares de los alumnos, por lo que los mensajes de texto y las notas de voz llegaban, aunque fuese horas después.
Sin embargo, se extendió el uso de la plataforma porque este 2022 se iniciaron trabajos de reparación en el sistema de aguas servidas, lo que por cierto tuvo retrasos, y significó que se siguiera con esta alternativa.
Esto, pese a que en febrero de 2022 el Ministerio de Educación informó del retorno a la presencialidad de clases, eliminando los aforos dentro de los establecimientos educacionales.
El director del Departamento de Educación Municipal (DAEM) de Los Ángeles, Mario Morales, explicó que era la opción que había para el recinto.
“No tenemos otra alternativa, de verdad, aunque quisiéramos desplegarla, no la hemos tenido a manos (…) razonablemente no se puede”, dijo Morales por las clases a través de WhatsApp.
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También se consultó con el alcalde Esteban Krause, quien explicó que los retrasos en este proyecto se fundaron en que no existían empresas interesadas en las licitaciones, lo que provocó que todo avanzara mucho más lento y que recién este periodo se pudieran iniciar.
Krause sostuvo además que es complejo explicar a los apoderados una situación sensible como la referida, pero son ellos mismos quienes exigen que los menores estén en un recinto con las condiciones sanitarias mínimas, por lo que pidió comprensión en este caso.
El tema también llegó a la mesa del Concejo Municipal, por lo que el colegiado angelino, Alejandro Cano, indicó que se trata de una situación compleja, y que además de ser poco digno, cerca de 70 estudiantes han dejado el recinto.
Fue así que se levantó un requerimiento para la existencia de un plan b en caso que la fecha de entrega no se cumpla, como ha ocurrido ya previamente, y de ese modo se pueda reubicar a los alumnos en otros recintos a la espera definitiva de su colegio.
En medio de todas las complicaciones, las propias apoderadas, con lágrimas en sus ojos, agradecieron la labor de las docentes, más aún de Lucy, quien ha llegado a trabajar fines de semana para resolver dudas y a quien Fernanda con sus hijos lograron conocer cuando la docente cruzaba la pasarela que llega al lugar donde está su colegio.
En cuanto a la falta de apoyo estatal con recursos tecnológicos, el director regional de la Junaeb, Eduardo Díaz, explicó que este año no se podrá elegir el computador para los séptimos años básicos, ya que hay complicaciones en el stock, pero que de todos modos se entregarán.
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Respecto a la alimentación, recordó que se envió un oficio el 25 de febrero donde se indicaba que para este 2022 la totalidad de los niños y niñas beneficiarios del Programa de Alimentación Escolar recibirán productos convencionales.