La ocupación de un paradero de locomoción colectiva por parte de un hombre en situación de calle en el centro de Concepción, región del Bío Bío, específicamente en calle Heras entre Salas y Angol, genera preocupación en vecinos del sector, quienes manifestaron su molestia a BioBioChile.
En concreto, según comentaron penquistas del sector a este medio, el paradero se convirtió en una especie de “choza”, por lo que quienes residen en el lugar no podrían hacer uso de la parada.
BioBioChile consultó a la Seremi de Desarrollo Social y Familia por acciones que como ministerio puedan desarrollar en torno a estas situaciones, señalando desde la cartera que ellos no cuentan con la facultad para sacar a las personas que se encuentran viviendo en la calle, apuntando tanto a este caso particular como a quienes habitan fuera de la tienda Falabella, ubicada en el Paseo Peatonal de calle Barros Arana.
Indicaron además que sólo cuando existen denuncias de por medio, y en coordinación con la policía, es que las personas en situación de calle son “desalojadas” de estos espacios públicos.
Recordaron que como Seremi ejecutan rutas sociales y médicas, llevándose a cabo las primeras cada tres días, en donde les proporcionan comida además de información de albergues a los que ellos pueden acudir en caso de necesitarlos, lo que depende de la voluntad de cada persona. En tanto, las rutas relacionadas a la salud, se practican desde junio a fines de octubre.
Mientras, la directora de la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) de la Municipalidad de Concepción, Paula Concha Constanzo, señaló a BioBioChile que “cada vez que es informado o pesquisado un caso de personas en situación de calle, se genera un protocolo que en definitiva tiene que ver con la visita de equipos de seguridad pública y asistencia social”, luego de esto se deriva el caso a la Seremi de Desarrollo Social, quienes “buscan algún tipo de alternativa, albergue principalmente, para poder albergarlos, cobijarlos, durante el tiempo que sea necesario”.
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Al igual que el Ministerio, la directora de la Dideco enfatizó en que la decisión de asistir a un albergue o de ser ayudados, pasa por la voluntariedad de cada una de las personas.
“Muchas veces la situación de calle está asociada a problemas de consumo excesivo de alcohol, de droga u otros problemas de salud mental, donde es muy complejo poder intervenir. Por lo tanto, el protocolo parte por la voluntariedad”, reafirmó.
En tanto, el hombre que ocupó y adaptó el paradero, se mantiene en el lugar.