El Colegio Médico penquista recibió con sorpresa la decisión del Gobierno de intervenir el Sanatorio Alemán ante el brote por Covid-19 que ha contagiado a una treintena de funcionarios y pacientes de la UCI.
Otra reacción apunta a la conclusión que se debe sacar de esta crisis, de manera de reformular el rol del Estado en el sistema de salud.
Fue un nuevo golpe al Sanatorio Alemán de Concepción el anuncio del ministro de Salud, Jaime Mañalich.
Primero había sido la amenaza de cierre de la UCI, donde se produjo el brote que hasta ahora ha infectado con coronavirus a 32 funcionarios de la clínica y otras 7 personas.
La clausura se descartó, pero ahora el Gobierno anuncia que el Estado interviene el Sanatorio para supervisar efectivamente todas las normas de control de infecciones intrahospitalarias, de manera que el centro asistencial privado pueda trabajar adecuadamente de la mano en la red pública.
La medida fue recibida con sorpresa por el Colegio Médico penquista, cuyo presidente, Germán Acuña, expresó que se suponía que el control del gobierno ya existía, de mano del coordinador de redes de la zona sur, Carlos Vera.
“Me llama mucho la atención este anuncio porque, de acuerdo a la reglamentación vigente, el coordinador de las redes de salud y en este caso el director del Servicio de Salud Talcahuano (…) es a su vez, coordinador de las unidades de medicina privada del servicio de la Salud Pública, entonces me parece redundante. Esto entiendo yo que ya está en manos del Estado”, sostuvo.
Consultado sobre lo señalado por el Colegio Médico, el coordinador de la Macrored Sur y director del Servicio de Salud Talcahuano, Carlos Vera, aclaró que su responsabilidad en relación a las clínicas privadas era sólo para asegurar la disponibilidad de camas y ventiladores.
“En el ámbito de redes, mi facultad también como coordinador es administrar las camas y ventiladores mecánicos, en coordinación con estos servicios de salud del ámbito privado para entregar una mejor atención a la población”, aseguró.
Quien también se refirió a la medida del Gobierno fue el exintendente, médico y académico, Martin Zilic, quien hizo más un análisis sobre lo que se debe aprender de la pandemia a partir justamente de lo ocurrido en el Sanatorio Alemán y que tiene que ver con repensar el rol subsidiario del Estado en el sistema sanitario.
“¿Los privados pueden funcionar?, sí, pueden funcionar, pero marginalmente. Es el Estado, son los hospitales del Estado los que tienen que ser los hospitales de excelencia, con médicos de excelencia, jornadas completas, dedicación exclusiva y trabajando (…) en lo científico, en lo asistencial, en la difusión, etc”, adujo.
Desde el emblemático centro asistencial privado no hay hasta ahora una reacción, pues no se conoce exactamente los alcances de la intervención estatal, aunque incluiría la designación de un director que reorganice o fiscalice el funcionamiento del Sanatorio.