“Si esos ventiladores no llegan, este hospital se va a convertir en una morgue”.
El doctor Rodrigo Díaz, jefe de urgencias, está molesto. Más que molesto, indignado. No sólo siente que los han engañado, sino que están jugando con la salud de las 170.000 personas de la comunidad por la que debe velar.
No está solo en el sentimiento. Este miércoles se convirtió en una jornada que transitó desde la expectación a la ira por parte de la comunidad de trabajadores de la salud del hospital Dr. Rafael Avaria Valenzuela de Curanilahue, a medida que sentían que el proyecto de una sala UCI por el que tanto habían trabajado -y que se torna cada vez más crítico con el avance del coronavirus- se les quitaba en el último minuto por culpa de una jugada administrativa.
Una que demuestra que el centralismo en Chile no sólo emana desde Santiago, sino también desde las capitales regionales.
Diez años de espera por una sala UCI
Hace algunas semanas, Empresas Arauco anunció que donaría 8 ventiladores mecánicos, 4 catres UCI y 4 monitores de alta complejidad al principal recinto asistencial de la provincia, para ayudarlos a enfrentar la contingencia por el Covid-19. El ofrecimiento venía a coronar los esfuerzos de los médicos del hospital, que desde 2010 venían presionando para contar con una unidad propia de cuidados intensivos.
“Pese a la población que atendemos, cuando tenemos un paciente en estado grave debemos trasladarlo a Imperial o Los Ángeles, aumentando el riesgo de su morbilidad por la distancia”, explica a BioBioChile la doctora Patricia Díaz, internista y endocrinóloga del recinto.
Por lo mismo no fue de extrañar que los funcionarios movieran todo el recinto para recibir el esperado equipamiento. Y lo movieron, literalmente: en sólo tres semanas trasladaron la maternidad del tercer piso hacia el Cesfam, adyacente al edificio. Luego, llevaron todas las unidades UTI del cuarto a ese tercer piso, para así liberar la planta superior y comenzar los trabajos que les permitirían crear la sala UCI, a inaugurarse este jueves.
Y entonces, llegó la noticia… ya no recibirían los ventiladores.
“Tenemos los profesionales, lo que no tenemos es el equipamiento”
Fue la misma dirección del Hospital la que les comunicó la noticia. El Servicio de Salud de Talcahuano, quien por jerarquía está encargado de coordinar la distribución del equipamiento, había decidido que los ventiladores se quedaban en la capital regional. A Curanilahue se enviaría, como premio de consuelo, dos camas UCI para que dispusieran de ellas.
¿La explicación? Que en Curanilahue no habían suficientes especialistas para operar los equipos, algo que los médicos desmienten tajantemente. “Nosotros hicimos un cálculo muy responsable y determinamos que con el personal actual somos capaces de atender entre 6 y 12 camas UCI”, explica el doctor Díaz.
La doctora Patricia Díaz lo corrobora. “En el hospital somos 6 internistas de la Universidad de Concepción. Tenemos enfermeras, kinesiólogos. Perfectamente podemos hacernos cargo. Incluso tenemos un radiólogo pero aún no nos entregan un scanner con el que pueda trabajar. Los especialistas están, lo que no tenemos es el equipamiento”, asevera.
El enojo de los profesionales llegó a tal extremo, que el capítulo médico del Hospital de Curanilahue emitió un comunicado rechazando la decisión del gobierno regional.
“Como agrupación de médicos del Hospital Dr. Rafael Avaria Valenzuela, condenamos profundamente la decisión unilateral por parte del gobierno regional de limitar el acceso de nuestros usuarios a la donación altruista que realiza Celulosa Arauco de 8 ventiladores Mecánicos, 4 camas y 4 monitores UCI, lo cuales se encuentran retenidos en la cuidad de Concepción; impidiendo sin razón alguna, la llegada de insumos médicos de alta tecnología a las dependencias del hospital provincial”.
“Esta situación perpetúa la inequidad que desde años arrastra nuestro servicio, manteniendo a la población de la provincia de Arauco con su hospital base sin unidades de tratamientos intermedios e intensivos, cuyo inicio de actividad está exclusivamente a la espera de la llegada de ventiladores mecánicos (en comparación con Concepción que puede implementar cerca de 100 equipos)”, sentencia la misiva.
“Nosotros podríamos ayudar a descongestionar Concepción, atendiendo directamente a los pacientes de Covid-19 para que no sea necesario trasladarlos. Pero si no llegan los ventiladores, este hospital se va a convertir en una morgue“, enfatiza Rodrigo Díaz.
Pero no estaba dicha la última palabra y el golpe en la mesa de los mismos funcionarios sería clave para revertir las tablas.
Horas decisivas
La tarde de este miércoles, con el duro golpe asestado al Hospital de Curanilahue y al mismo Servicio de Salud de Arauco, la disputa llegó a los pasillos del Minsal en Santiago.
Y, algo en esa instancia cambió a favor del más débil.
Cerca de las nueve de la noche, el Servicio de Salud Talcahuano, el mismo que había resuelto disminuir los insumos de emergencia para Chue, oficializó a su par de Arauco que la donación de la empresa quedará en manos de su reacondicionado recinto hospitalario ¿Qué ocurrió?
Al parecer, el enojo de médicos y funcionarios de la salud de la provincia que se ubica al sur del Río Bio Bio, más el estupor del director del SS Arauco, Leonardo Rivas, surtió efecto.
Y también, claro, pudo más el argumento de que en Arauco no existe ninguna cama UCI para enfrentar a la pandemia.
Sobre la decisión de incorporar el equipo médico al hospital de Curanilahue, el director del SS Arauco, Leonardo Rivas, dijo que “estamos agradecidos porque esto para nosotros es un importante logro que nos va a permitir contar con seis camas UCI para atender cuadros respiratorios tan importantes como hoy son las enfermedades complejas de pacientes críticos que puedan ir con problemas asociados al coronavirus”.
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De esta forma, la donación privada, más los dos ventiladores mecánicos que ya había dispuesto el Ministerio de Salud y que va a recibir el mismo recinto asistencial, van a permitir crear la Unidad de Paciente Crítico del Hospital de Curanilahue, que contará con seis camas UCI y seis camas UTI.
Al parecer, por esta vez, Arauco tiene una pena menos.