Hace poco más de un año se conoció el caso de cuatro mujeres que denunciaron adopciones ilegales durante la dictadura militar en la provincia de Bío Bío.

Al poco tiempo se sumaron otros dos casos, de los cuales una logró reencontrarse con su hijo, quien fue adoptado por una familia italiana.

Pese a que este último no ocurrió durante la dictadura, sigue los mismos patrones que en las situaciones anteriores: le dijeron que su hija había muerto y no pudo ver nunca el cuerpo.

Hoy, tres de ellas volvieron a dar su testimonio y se refirieron a cómo ven los avances que ha tenido la investigación encabezada por el ministro Mario Carroza.

“No hay noche que no llore a mi hijo”

Jeannette Aguilera tiene 47 años y es vocera de las madres. Con 17 años, en 1989 fue hasta el hospital de Los Ángeles para dar a luz a su primer hijo.

Apenas nació se lo llevaron de la habitación y le dijeron que había muerto. Solicitó ver el cuerpo pero no la dejaron. La respuesta, había sido enterrado en una fosa común.

“No hay noche que no llore a mi hijo”, manifestó Jeannette.

Pasaron cerca de 29 años hasta que presentó la denuncia el 27 de marzo del año pasado. Pese a que la Policía de Investigaciones (PDI) le habría dicho que no hay avances, desde el Instituto de Derechos Humanos le indicaron que todas las denuncias las tomó la Corte de Apelaciones de Concepción, por lo que ahora deberán asistir a declarar.

Para algunos podría ser poco considerando la gravedad de los delitos, sin embargo, para ella y otras mujeres es motivo de felicidad.

“Le dije a la abogada de Derechos Humanos que eso para nosotros es una prueba para demostrar que sí existieron las adopciones ilegales en Chile”, dijo Jeannette.

“Sabemos que cada uno de los casos que están en Los Ángeles, Nacimiento o Laja, los niños no están en el cementerio, porque nosotras, las madres, fuimos al cementerio a hacer todas las consultas y no llegó ningún cuerpo con nuestros apellidos”, añadió la vocera.

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…Con las denuncias no buscan obtener una compensación monetaria…
- Jeannette Aguilera

La cantidad de años que pasó desde la sustracción de los menores hasta la presentación de las denuncias, ha sido foco de críticas por parte de algunas personas. En ese sentido, la mujer manifestó que antes no lo hicieron porque no se atrevían a denunciar, ya que no tenían papeles ni antecedentes que argumentaran su tesis: “no teníamos nada para empezar”.

Pero estos no serían los únicos casos en la zona, ya que dijo conocer a una mujer víctima de adopción ilegal en dictadura, pero que le señaló que no presentará la denuncia por miedo. De qué, aún no se sabe.

Pese a que manifestó tener el apoyo de su familia, también señaló que para ellos es difícil entender el caso, sobre todo para una de sus hijas.”No saben, no lo conoció nunca, ella sabe que tuve un hijo pero el hecho de no tenerlo a su lado ella no siente nada”, añadió Jeannette.

“Nos dijeron cuando denunciamos que teníamos que esperar aproximadamente 10 años para tener la resolución, pero hace un mes habló el ministro Carroza y dijo que daba dos años”, dijo Jeannette, quien dijo que ahora es una cuenta regresiva.

Agregó que con las denuncias no buscan obtener una compensación monetaria, sino lo que quieren es que se sepa la verdad.

“Nació bien, un niño sano”

Nora Yáñez Riquelme tiene 55 años y a los 15 tuvo a su hijo José Luis en el hospital de Laja. Fue el 21 de mayo de 1978.

“Nació bien, un niño sano; era grande; lloró con fuerza, como corresponde… me lo pusieron en la guatita para cortar su cordón umbilical y también vi que estaba bien y sanito”, dijo previamente a Radio Bío Bío.

Su bebé, por ser prematuro, se lo llevaron, supuestamente, hasta el hospital de Los Ángeles para ingresarlo a una incubadora.

Tras ser dada de alta viajó hasta la capital de la provincia de Bío Bío para ver a su hijo, ya que todas las veces que llamaba la decían que estaba bien, sin embargo, todo cambió cuando llegó.

Le dijeron que su hijo murió el día viernes de un paro cardíaco y que como pasó el fin de semana, fue enterrado en una fosa común.

Ella también denunció el hecho en 2018. En este año dijo que siente esperanza por el caso que terminó con un reencuentro en Yumbel y el avance de la investigación.

“Tenemos una esperanza que hay un avance (de la PDI) en el proceso”, añadió la mujer, quien reconoció que tiene el apoyo de su familia.

Archivo | Agencia UNO
Archivo | Agencia UNO

Agregó que uno de sus sueños, al igual que las otras madres, es conversar con su hijo y decirle que no lo entregaron en adopción, sino más bien que fue arrebatado.

También manifestó que “lo único que pido es poder conversar con él y explicarle toda la situación”.

“No era para ella”

Eran los años 70 cuando Helena Echeverría fue hasta el hospital de Nacimiento para tener a su bebé, sin embargo, después del parto le dijeron que nació muerta, pese a que ella la escuchó llorar.

Lo peor, es que entre las respuesta que recibió fue que “no era para ella”.

“Desde que puse la denuncia (en marzo de 2018) cambió algo en mi”, dijo Helena a Radio Bío Bío. Pese a que el avance no han sido mucho, para las madres es algo enorme, considerando los años que debieron esperar.

“Para no tener nada antes, creo que hemos dado un gran paso desde el momento en que decidimos, en que yo decidí denunciar”, agregó la mujer.

“En realidad no hemos avanzado tanto en el aspecto de que se ve una solución más rápida, pero algo hemos logrado”, manifestó Helena, quien dijo que ha sido crucial el apoyo que se han entregado entre las víctimas.

Pese a que ella fue quien presentó la denuncia, aseguró que el apoyo de su esposo fue fundamental, él nunca dejó de decirle que si había alguna posibilidad de saber qué pasó, debían averiguarlo.

Incluso sus hijos le dijeron que si le llega a pasar algo antes de conocer al bebé que le arrebataron, ellos se encargarían de decirle que ella no lo quiso abandonar, sino que fue víctima de una adopción ilegal.

Más de 20 mil denuncias

En el país, los casos de adopciones ilegales en dictadura podrían superar los de 20 mil.

La historiadora Karen Alfaro señaló en un reportaje de Ahora Noticias, que en Chile se operó con una política de infancia enfocada en la pobreza, donde se prefería entregar a los niños en adopción en vez de que el Estado se hiciera cargo de ellos.

Jueces, médicos e incluso asistentes sociales estarían involucrados en estos casos, donde incluso se habrían llevado a niños que ya estaban en guardería.

María Helena Calfuquir, expsicóloga del Servicio Médico Legal (SML), señaló que estos casos dejan huellas psicológicas, sin embargo, en algunos casos las dejan pasar para continuar con sus vidas.

Incluso añadió que en la mayoría de las situaciones, cualquier cosa puede despertar el trauma de la misma forma como se sintió el primer día, tal como le pasó a Jeannette, Nora y Helena cuando presentaron las denuncias y relataron lo que sufrieron.

Todas han señalado que aún lloran a sus hijos y que no descansarán hasta encontrarlos. También destacan el apoyo que han tenido de diversas organizaciones que buscan continuar esta lucha junto a ellas, como por ejemplo “Madres del Silencio”.

Aún hay una gran cantidad de mujeres en Chile que no han denunciado estos hechos, en algunos casos por desconocimiento y en otros por miedo, sin embargo, ahora ya hay un precedente de lucha para conocer la verdad, y poder decirle a miles de personas que no fueron abandonadas ni entregadas en adopción, sino que fueron víctimas de la dictadura y de los delitos que se cometieron en ella.