“Váyanse a la mierda, nadie los quiere acá”. Con esas palabras, un adulto mayor -socio del recinto- echó a una pareja de amigos del tradicional Centro Español de Concepción. ¿La razón? Uno de los afectados estaba vestido con un short.
Los hechos se remontan al pasado jueves 29 de noviembre, cerca de las 20:00 horas, cuando Cristian Aguayo (34) de Hualpén, con su mejor amigo, Pablo Cisternas (36), decidieron ir al local que se encuentra al frente de Plaza de la Independencia.
Según la acusación, los insultos y las palabras discriminadoras comenzaron apenas entraron al recinto. Por ejemplo, denuncian que el garzón que atendía a un matrimonio de adultos mayores, se dirigió a los afectados con una mirada despectiva, reparando en la vestimenta de Cristian.
“¡Ah! Y con short”, le habría dicho el trabajador del local. Eso dio pie a que la mujer sentada a la mesa interviniera en el intercambio de palabras y miradas: “Se podría poner atrás de las cortinas de la ventana como para taparse las piernas”, habría retrucado la mujer de avanzada edad.
Lejos de terminar la incómoda situación, los insultos continuaron, según relata Aguayo, lo que motivó a que éstos abandonaran el restaurante, sin siquiera lograr sentarse en una de las mesas, ni ordenar comida.
Precisamente, fue en ese momento, cuando ya casi dejaban el local, que el socio del centro involucrado habría subido el tono de la discusión, al gritar: “¡Váyanse a la mierda, nadie los quiere acá!”.
En conversación con BioBioChile, Pablo Cisternas, el segundo afectado, profundizó más sobre los dichos del caballero.
“‘¡Estos hueones! Nosotros somos socios, ustedes no son socios, y esta cuestión es preferente para los socios, no sé qué andan haciendo aquí, andan puro hueviando’. Nos dijo montones de cosas”, señaló Cisternas.
Al final los comentarios se agravaron y ambos se alteraron. Aguayo mencionó no recordar bien lo que le respondió, pero aseguró que todo terminó en insultos.
Posible intento de agresión
Después del incidente, ambos clientes fueron a escribir un reclamo. A los minutos salió la pareja de adultos mayores y se acercaron nuevamente a los afectados, quienes, según Aguayo, empezaron a tratarlos de la misma manera.
“‘¡Váyanse mierda!’ y con puros garabatos, no decía nada coherente, todo el rato atacándonos”.
Pablo, en tanto, destacó que el socio se les trató de “tirar encima”, pero no alcanzó. “La señora como que lo agarró y yo a mi amigo, porque estaba medio enojado”, finalizó.
Luego de ese encuentro, el matrimonio se dirigió al ascensor y se fueron del restaurante. No los vieron más.
La otra cara
La gerenta del Centro Español, Loreto Mandiola, confirmó a BBCL la situación sucedida ese día, sin embargo, respecto a los dichos del garzón, aseguró que él dice que no realizó esos comentarios: “Es la palabra de uno contra el otro”.
Por otro lado, detalló que no hay exigencias en cuanto a vestimenta para quienes acudan al recinto.
Sobre la situación, Mandiola reconoció una equivocación de parte del centro, al no haber intervenido antes y decirle al socio desde un principio que él no podía hablarle así a otro cliente.
“Ese fue el único error que se cometió y fue lo que le expliqué a Cristian”, afirmó. Además, agregó que lo importante es que se están tomando medidas y que el sentir del local de comida no era ese.
“El centro no discrimina, no está en ningún caso por la tenida, ni por sectorizar, ni por ser elitista, todo lo contrario, nosotros nos hemos abierto a la comunidad”, señaló.
Amonestación
Dentro de las determinaciones del centro, esta que el socio -que concurre al restaurante todos los jueves- se le hizo llegar una carta de amonestación, donde se le suspende como miembro del recinto.
Lo anterior, según la gerenta, significa que no puede ingresar al Centro Español por un tiempo, y que se le va a estar supervisando la conducta para ver si ha mejorado.
Mandiola agregó que es primera vez que viven con él una situación de tal envergadura, sin embargo, explicó que sí ha reclamado por cosas internas del recinto. “Eso lo tratamos internamente, pero llegar a ese nivel con otra persona, eso no nos había pasado nunca”, afirmó.
Derecho de admisión: ¿Legal?
En conversación con BioBioChile, desde el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) explicaron que ningún local comercial puede discriminar o prohibir la entrada al recinto por aspecto físico.
En efecto, señalaron que la Ley 19.496 sobre protección de los derechos de los consumidores, menciona que los proveedores no podrán negar injustificadamente la venta de bienes o la prestación de servicios comprendidos en sus respectivos giros en las condiciones ofrecidas al consumidor.
Eso implica, según informaron, que los carteles del tipo “nos reservamos el derecho de admisión” no tienen validez, pues dejan la puerta abierta para eventuales discriminaciones al no especificar criterios objetivos.
Por lo tanto, si existe una negativa, deberá ser el tribunal competente quien determine si fue o no injustificada, lo que se revisará caso a caso.
Por último, agregaron que si los clientes consideran que los motivos por los cuales el proveedor no le vendió un producto o no le prestó un servicio son insuficientes, pueden efectuar una presentación formal a la plataforma online del Sernac.