La gobernadora de Arauco, María Bélgica Tripailaf, precisó que van 17 ataques incendiarios en la provincia desde la muerte de Camilo Catrillanca, ocurrida hace cinco días.
La información fue dada a conocer la mañana de hoy lunes en la tradicional Reunión de Seguridad -que reúne a gobernadores, intendente y policías al inicio de cada semana en la Intendencia del Bío Bío-.
En esta ocasión, se abordaron los últimos hechos ocurridos en la zona y, en concreto, Tripailaf se refirió a la destrucción del complejo turístico Quelén; al ataque incendiario que afectó a la familia Burgos; y a lo acontecido anoche en Tirúa, donde se quemó una escuela y un jardín infantil.
“Tenemos personas que van a quedar sin trabajo”, se lamentó la gobernadora, resaltando que “el daño que se hace con estos actos es principalmente a los habitantes de esta provincia”.
Según explicó la autoridad, sólo en el caso de los recintos educacionales quemados, 17 profesores y nueve auxiliares quedaron en la incertidumbre laboral, pese a que el alcalde de Tirúa confirmó que el año escolar seguirá adelante y que lo más posible trabajarán junto a los apoderados para realizar labores de limpieza.
Frente a esta situación, el intendente del Bío Bío, Jorge Ulloa, se mostró conciliador, con llamados al diálogo, y a esperar que la tensión baje. Asimismo, lamentó los ataques y las consecuencias que podría tener para la provincia de Arauco.
“Nos preocupa cualquier acción delictiva que ponga en riesgo no solo la vida sino también los bienes que genera el Estado y las personas”, sostuvo.
Últimos ataques
Los últimos ataques ocurridos en la zona corresponden a la quema de una escuela, un jardín infantil, dos cabañas y dos galpones en Tirúa.
En esa línea, el general de la Octava Zona de Carabineros, Rodrigo Medina, calificó estos hechos como “acción violentista” y detalló que “todos los inmuebles se quemaron por completo”.
Asimismo, respecto de los cortes de rutas que han afectado -prácticamente cada dos horas- a la zona sur de la provincia de Arauco, el funcionario policial reconoció que “no ha sido fácil y que ha sido bastante complicado”.
Los uniformados han debido despejar los caminos constantemente para evitar dificultados como la vivida esta madrugada, cuando una niña con apendicitis debía ser trasladada hasta el hospital de Cañete. Sin embargo, el viaje se vio entorpecido por barricadas, aunque finalmente pudo llegar a tiempo al recinto asistencial.