El sacerdote de la parroquia San José de Talcahuano y exfuncionario del Seminario Menor de Concepción, Hernán Enríquez, acusado por el delito de violación a un joven en 2002, afirmó estar “en calma” tras el fin de la investigación canónica en su contra.
Las declaraciones del prelado se dan luego de que el promotor de justicia y sacerdote, Carlos Hernández, culminara el informe que recopiló los testimonios de la presunta víctima y sus familiares.
El documento, de acuerdo a lo informado por Diario El Sur, habría finalizado con indicios de verosimilitud, y será enviado al arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, para que elabore un informe con las pesquisas y sea remitido a Roma a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
En esa misma línea, Enríquez comentó que el Vaticano no definirá su futuro, sino que entregará un camino a seguir al obispo Fernando Chomalí, para que él adopte las medidas correspondientes, de acuerdo al resultado del proceso canónico en su contra.
El sacerdote apuntó que de 2009 a la fecha las acusaciones han ido cambiando, por lo que criticó a los denunciantes por la inconsistencia en sus relatos, que afirmó, sólo buscan injuriarlo. Pese a ello, comentó que de momento no estudia iniciar acciones legales por este motivo.
Enríquez es uno de los cuatro sacerdotes acusados en la zona por eventuales abusos sexuales a menores y que fue separado de sus funciones pastorales por la investigación canónica en curso. En los próximos días el obispo de Concepción deberá determinar la verosimilitud (en términos canónicos) del caso.