Sin revelar su identidad -en sus propias palabras “por miedo y vergüenza”- el exseminarista que denunció haber sido violado por el investigado párroco de Hualqui, Reinaldo Méndez Sánchez, entregó un desgarrador testimonio y relata su verdad: fue obligado a embriagarse y durante la madrugada siguiente despertó cubierto de semen.
En conversación exclusiva con Radio Bío Bío, el hombre cuenta que los hechos se remontan a 16 años atrás, cuando entonces ya era mayor de edad. En dicha ocasión participó de un paseo a cargo del religioso acusado. A continuación, su cruda descripción de los hechos:
El relato comienza al llegar al lugar donde pasarían la noche. Al exseminarista se le encarga el cuidado de los menores que participaban de la instancia, por lo que debe distribuirlos en los dormitorios, los que se encontraban lejos de las instalaciones donde residía el clérigo.
“(Méndez) me dice ‘tú vas a dormir en la casa parroquial’, yo le digo ‘pero si vengo a cargo de los niños"”, relata el denunciante, asegurando que el sacerdote le insiste y lo tranquiliza: “Vas a estar bien”, añade.
“Esto no lo vas a ver en el seminario”
De acuerdo al relato, el día transcurre sin mayores sobresaltos, almorzando y tomando once siempre en la residencia del prelado, separado de los niños y con la prohibición de que los acólitos que iban en el paseo ingresen a la vivienda.
“Era ilógico (…) fueron muy pocos los momentos en los que yo pude compartir con los niños, llegada la noche yo le digo ‘padre, tengo que ir a ver a los niños para ver cómo están’. ‘Muy bien’, me dice. Voy a revisar los dormitorios de ellos, estaban todos en sus camas, estaba todo bien, en orden. Les dije que se cuidaran, que tuvieran una buena noche y el sacerdote me insiste en que hay que regresar a la casa porque ‘sueltan un perro"”.
Efectivamente, según el testimonio, por las noches se liberaba a un can “muy bravo” para que cuidara los alrededores del lugar, por lo que ambos enfilaron hacia la residencia del clérigo.
“A pesar de ser de 18 (años), aún así me sentía muy débil ante la autoridad. (Él) no pedía, sólo imponía y eso es lo que a mí me llevó a acatar la orden. Esa noche él me dice ‘esto no lo vas a ver en el seminario’. El perro ya está suelto, tomamos asiento en el living, un par de copas servidas”.
“Yo no bebía alcohol, no fumaba y aún así él me insiste en que tengo que hacerlo. En esa insistencia autoritaria, ‘que no lo vas a ver en el seminario, que tienes que aprovechar esas instancias libres así que bebe’, lo hice. A la segunda copa yo no me sentía bien, pedí permiso, fui al baño, la tercera copa estaba servida… No me acuerdo nada más”.
“Alrededor de las 05:00 de la mañana me desperté con esta persona al lado mío, completamente desnuda, yo con una polera y mi ropa interior solamente ¿Qué me pasó? Estaba lleno de semen“.
“Él ya no estaba”
“Cuando se hicieron las indagaciones en su momento de parte de la Policía de Investigaciones me preguntaron ‘y tú ¿Qué hiciste? ¿A que atinaste?’ Simplemente atiné a levantarme e ir al baño, me dolía el estómago, todo, y cuando regresé él ya no estaba, no estaba en la casa parroquial”.
-¿Cuándo y por qué decide denunciar?
“Porque había intentado muchas veces de buscar ayuda, de obtener ayuda. No sabía cómo hacerlo… Atenté muchas veces contra mi vida, me siento hasta el día de hoy angustiado, sabiendo que el primer psiquiatra que me vio por parte del arzobispado me dijo ‘tú no eres el sucio, él es el sucio, tu nunca te insinuaste’. Fue una conversación de más de 3 horas, el resultado de ese certificado salió favorable a mí. En ese momento yo dije ‘tengo que salir adelante"”.
-¿Conversó con alguna autoridad?
“Hay testigos que no se llamaron en su momento, solamente ellos querían decir ‘ya pasó, trata de seguir tu vida’ y ahora el 17 de julio de este año recién tuve la primera entrevista con monseñor Chomali.
“Me están pagando el psiquiatra para poder nivelar todos los medicamentos, para poder dormir para poder andar despierto, para poder llevar entre comillas una vida normal, pero aún así me cuesta dormir, me cuesta tratar de poder llevar una vida normal, plena. No puedo conciliar el sueño fácilmente. Para mí esto no está cerrado, para mí es una cosa tan traumática que no quiero que nadie, pero nadie le pase. Yo no quiero que a nadie le pase, porque llegas a un extremo en el que sólo piensas quitarte la vida para poder parar de sufrir”.
-¿Le ha costado tener parejas?
“No ha sido fácil en el sentido de que uno piensa que al momento de que uno le ha contado la verdad simplemente no quieren estar más con uno, o si van seguir con uno van a seguir por lástima. Yo quiero rehacer mi vida y nacer a la edad que tengo ahora, formar una familia cuidar mis hijos o hijas. Es lo que hago hoy en día con mi sobrino y sobrina, los cuido como hueso santo como se dice, porque es algo tan doloroso que a uno le cuesta, le da rabia. Osea, ¡Cómo una persona retorcida puede buscar la debilidad de una persona para violarla, para coartar mi vocación! Yo tuve que retirarme del seminario, esa era mi vida. Yo despertaba orando y me acostaba orando, yo vivía para la Iglesia y que de la nada aparezca una persona y me quite lo más preciado que yo tenía en mi corazón no se lo doy a nadie”.
-¿Sigue siendo católico?
Sigo siendo católico, pero -como muchas veces yo critique- yo sigo siendo a mi manera. Voy a misa cuando quiero, rezo cuando quiero, la iglesia a mí en lo personal no me da pie para confiar, no me da ninguna certeza de que lo que voy a estar recibiendo va ser de una persona sana de mente y de corazón. Sigo siendo católico, pero a mi manera.
En 2015, el exseminarista decide denunciar la violación a la justicia, sin embargo, la causa no prosperó por estar prescrita, por lo que fue sobreseída.
El abogado del denunciante, Christofer Montecinos, sabe que la causa penal ya es una lucha perdida, no obstante, confirmó que en lo canónico ésta fue reabierta.
Actualmente, el párroco de Hualqui está suspendido de sus funciones eclesiásticas en medio de una investigación por otro caso de abuso sexual.
Este artículo fue escrito basado en la entrevista realizada por el periodista de Radio Bío Bío en Concepción, Óscar Valenzuela.
(Artículo 04 del Código Procesal Penal)