Los pescadores de la Isla Santa María se declaran en “pie de guerra” ante la posible llegada de cultivos de salmones a sus costas e insisten en que serían un perjuicio para los recursos locales.
El ingreso de la Declaración Ambiental del proyecto en las costas de la región del Bío Bío, considerando a la isla, encendió las alarmas en los artesanales del territorio dependiente de Coronel.
Para el presidente de los Pescadores Artesanales y Buzos Mariscadores de la Isla Santa María, Enzo Escobar, esto acabaría -igual que en el sur- con los recursos bentónicos.
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Para el director zonal de Pesca del Bío Bío, Oscar Henríquez, la posibilidad de la llegada de estos cultivos es aún lejana, considerando que sigue en discusión el denominado “proceso de desafectación” que determine que las actuales áreas de manejo se abran no necesariamente a los salmones, sino que a la acuicultura.
De hecho, la autoridad advierte que a la empresa Cultivos Marinos Lago Yelcho se le estaba acabando el plazo, y en la emergencia presentaron una declaración al SEA.
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Desde 2011 que se discute la necesidad de la “desafectación”, lo que hasta ahora, agrega la autoridad, sólo tiene una propuesta que aún no decide la Subsecretaría de Pesca.
Condiciones desfavorables
El proyecto además contempla Punta Coronel, Espolón, Delicada y Hualpén, con una inversión de más de $9 mil millones.
Para el encargado zonal de Pesca incluso las condiciones de la zona son aún más desfavorables que otros territorios marítimos del país.
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En conversación con Radio Bío Bío, el director del Núcleo Milenio de Salmones Invasores y docente de la Universidad de Concepción (UdeC), Daniel Gómez, indicó que los escapes de salmones son recurrentes pero no en la magnitud de lo ocurrido en Calbuco, que no se veían desde los años 90.
Para Gómez, si bien aún no hay una investigación a fondo de lo que pasó, llama la atención que hubo condiciones climáticas en común.
Especie carnívora
Y en ese aspecto, advierte que hay un efecto en los ecosistemas, ya que el Salmón del Atlántico es una especie carnívora y ya se han encontrado ejemplares con contenido estomacal de peces nativos como motes, pejerreyes y sardinas.
Cuando se liberan en cantidad van a buscar alimento, se agrupan en cardúmenes y de hecho podrían llegar a la madurez sexual y reproducirse hasta convertirse en una nueva especie “invasora”.
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Esto ya ha ocurrido con otras especies, como la “trucha arcoiris” o la “trucha café”, que aumentaron su distribución y colonizaron otros ambientes, hoy con presencia prácticamente en todo el territorio nacional.
Pero uno de los temas que generó más inquietud en la población fue el llamado a no consumir los salmones que se habían escapado. Para el profesor, esto guarda relación con que las enfermedades de estos peces se tratan con antibióticos.
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Para el experto de la Universidad de Concepción si se discute la posibilidad de que llegue esta industria a las costas del Bío Bío se deberían exigir las máximas medidas de seguridad, después de sopesar los riesgos ecológicos -que sí existen- con otras variantes como la generación de empleo.
Otros consideran que mientras todas las presentaciones que se hagan responden más a especulación, cuando todavía no se han desafectado áreas que no sólo son de manejo sino que además involucran la necesidad de otros elementos, como una consulta indígena, que sería el caso de la Isla Santa María.
Frente a todo esto, una alternativa es la discusión que se dio en el Gobierno de Los Ríos, donde la Comisión Regional de Uso de Borde Costero, encabezada por el Intendente, modificó en acuerdo el uso de áreas apropiadas para el ejercicio de la acuicultura.
Lo anterior permitió desde 2015 sólo el cultivo extensivo de moluscos y algas, excluyendo el cultivo intensivo de grupos salmónidos.