“Por lo que se veía en el ambiente, mucha gente que entra a esa discoteque (La Cucaracha) va a buscar gente, pendejos, se los engrupen (…) les ofrecen tragos y les echan huevadas“.

-¿Cómo?

Les echan huevadas y se los llevan”.

-¿Dónde?

“Mire, al camino a Santa Juana, a Penco, al Mirador Laguna Grande”.

Esa fue la declaración que entregó el 2 de diciembre de 1999 un hombre -que en ese entonces pidió mantener su identidad en reserva- , frente al comisario Carlos Stuardo, encargado de esa época para investigar la desaparición de Jorge Matute Johns y que sirvió como pista para que la ministra Carola Rivas revelara el oscuro ambiente que ronda la muerte del joven universitario.

Llama la atención que éste no fuera el único caso, puesto que dentro de los primeros 15 días de la indagación tras el extravío de “Coke”, se recopilaron otros tres episodios similares, donde hombres eran drogados mediante el vertimiento de sustancias desconocidas en sus vasos, al interior de La Cucaracha.

Lee también: Informe final: Matute murió por fármaco que le suministraron para abusar sexualmente de él

Uno de los testimonios fue recogido por un inspector de la Brigada de Homicidios de la PDI, quien obtuvo información de otro joven asistente al club nocturno. En dicha declaración, la víctima sostuvo que una vez le habían echado algo a su trago, perdiendo el conocimiento, lo que fue corroborado por una amiga que lo acompañaba.

Y no sólo eso, puesto que con el tiempo se fueron conociendo nuevos hechos, en el que personas también habían sufrido algún tipo de intoxicación que les había hecho perder la consciencia, para luego despertar al día siguiente sin saber cómo habían llegado, pero con evidencia de haber tenido relaciones sexuales.

Asimismo, se tienen reportes de personas que despertaron en departamentos de extraños, sin una explicación e incluso hubo una denuncia por presunta desgracia por un joven que sufrió una situación similar.

También existen relatos que dan luces sobre los posibles responsables de los abusos cometidos: personas maduras, de unos 50 años, con recursos económicos, que frecuentaban discoteques apartadas de la ciudad (Concepción), a las que no se podía acceder en microbús.

Según trascendió, la idea de los abusadores -que buscaban sexo homosexual y que operaban de forma independiente- era ofrecer llevar a las víctimas en sus vehículos, para cometer las agresiones.

Lee también: Madre de Jorge Matute tras informe final: “Fue todo malo, las policías trabajaron mal”

Sin embargo, esta línea investigativa -como causal de la desaparición de Matute- no se siguió, luego de que el comisario Héctor Arenas, proveniente de Santiago, tomará el liderazgo de la investigación y determinara que esta arista “no se investiga más”.

El cuerpo de “Coke” fue encontrado en febrero de 2004 en el camino a Santa Juana, a orillas del río Bío Bío, lugar descrito en las declaraciones al comisario Stuardo recogidas en 1999.

¿Responsables?

“15 años después no nos dejó de parecer importante que nuestra causa de muerte (ingesta del fármaco) tuviera precisamente una correlación con diligencias que se habían hecho al principio de la investigación y que nunca habían sido concluidas”, dijo la ministra Rivas este martes.

Precisamente, el comisario Stuardo elaboró -a poco tiempo de iniciadas las diligencias- una carpeta que incluía un listado de 19 personas, que podrían ser responsables de los abusos que rondaban La Cucaracha y fiestas electrónicas de Concepción.

Finalmente, la lista fue reducida a sólo 12 sospechosos. De éstos, siete están muertos y jamas pudieron ser interrogados, según informó la ministra, quien hasta el momento no ha precisado qué pasará con los cinco restantes que se mantienen con vida y que al ser inquiridos en el marco de la indagación, negaron los hechos.

“Nos falta el testigo que pueda ubicar a esa persona en el lugar (…) todas las preguntas se dirigieron a ‘¿usted vio una golpiza?”, comentó la magistrada, en relación a la falta de consultas que apuntaban a la arista que lleva actualmente la ministra.

No obstante, Rivas indicó que existe un asistente a La Cucaracha que “sí recordaba que se le habían acercado dos o tres hombres maduros con insinuaciones sexuales, que le habían ofrecido trago, que lo habían invitado a su auto, pero él por la edad que tenía -que era bastante menor- le había dado miedo. Él andaba con un amigo y simplemente se refugió en un rincón hasta poder encontrarlo y poder irse“.

“Obviamente la persona que tiene este relato hoy no pude recordar las características físicas de aquellas personas que intentaron hacer contacto con él”, detalló la jueza.

De este modo, se cierra un capítulo más en la investigación del Caso Matute, entregando respuestas, pero abriendo nuevas interrogantes sobre quién fue el responsable de la muerte del joven universitario.