“Jesús es el señor, Maipú #410, todos los domingos 11:00 y 18:30 hrs“. Con ese rayado fue destruido -por jóvenes evangélicos- un mural sobre violencia contra mujeres en dictadura, emplazado en el sector Lorenzo Arenas de Concepción.
El hecho se remonta al martes recién pasado, cuando la intervención -realizada por el Centro Cultural por la Memoria La Monche– apareció totalmente cubierta con pintura blanca y la frase antes mencionada.
La obra original se llevó a cabo en noviembre de 2017, con el propósito de visibilizar la violencia política sexual. No obstante, sufrió una “transformación” realizada por el grupo de jóvenes de la iglesia Reconcíliate con Dios, quienes aseguraron que lo sucedido se debió a “un error del equipo”, aunque de todos modos se contaba con la autorización de los dueños del muro.
“(Quienes pintaron) pensaron que era un evento que había pasado (…) Fue un error, una desinteligencia, falta de sentido común de nuestro equipo, no fue por ninguna mala intención”, explicó Alejandra Ortega, representante de la iglesia involucrada.
Y añadió: “Entendemos que es un error terrible por todo lo que implica el trabajo que llevan adelante”.
Alejandra explicó además que repintaron la pared de color blanco y que se contactaron con las mujeres del colectivo para conversar sobre el tema y sostuvo que ayudarán “en todo lo posible” para restablecer el mural.
“Discurso patriarcal y misógino”
En tanto, desde el Centro Cultural por la Memoria La Monche señalaron a BioBioChile que “este hecho no es un acto inocente, ni fortuito” y que guarda relación con el “evidente discurso patriarcal y misógino de los grupos fundamentalistas”.
Asimismo, apuntaron al “débil resguardo de las instituciones políticas y culturales con relación a los aportes que producen los movimientos de mujeres, que quieren visibilizar las memorias y violencias históricas”.
Finalmente, respecto al ofrecimiento de la iglesia involucrada para restaurar el antiguo mural, desde el colectivo enfatizaron en que “que el daño causado no es cuantificable en términos monetarios”.
“Este acto es la expresión reiterada del borrar y vulnerar parte de nuestra historia como mujeres violentadas, aún exigiendo acciones concretas de reparación y justicia de parte del Estado”, sentenciaron.
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