Una declaración de impacto ambiental presentó la concesionaria a cargo de la construcción del Puente Industrial, sobre el río Bío Bío, para que se evalúen los impactos de este proyecto.

La evaluación ambiental de este viaducto, uno de los más esperados para la región por el sector productivo, ha tenido ribetes ciudadanos y políticos con la exigencia, incluso por la vía judicial, para que este proceso sea mediante un estudio de impacto ambiental y no sólo una declaración.

De visita esta semana en Concepción, el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, afirmó que es un proceso normal que proyectos de esta envergadura enfrentan en todo el mundo y que no es visto como una dificultad.

“Veo una oportunidad para ver cuáles son compensaciones, para poder desarrollar algo tan requerido con el Puente Industrial y compensar a quienes que finalmente el sistema determine son afectados”, afirmó el ministro.

De acuerdo al documento ingresado este jueves al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), el trazado vial en San Pedro se encuentra alejado del estero Los Batros, de modo de no interferir con el curso de agua.

La concesionaria asegura que el trazado y toda la infraestructura requerida se emplazarán en terrenos con escasa actividad económica.

Esto es rechazado de plano por la asociación de horticultores de San Pedro, que había presentado anteriormente un recurso de protección, y que insisten en será la Corte la que determine si es necesario un Estudio.

En todo caso, para el abogado de la agrupación, Ignacio Sapiaín, si es que el SEA lo acoge como declaración llegarán a todas las instancias posibles, incluso el Tribunal Ambiental.

“La declaración es liviana. Es necesario que al menos exista un Estudio de Impacto Ambiental. Lo que está en juego son los recursos naturales y el suelo hortícola de San Pedro de la Paz”, expresó el abogado.

Toda la vialidad asociada al proyecto comprende una longitud de 6,4 kilómetros, incluyendo el puente, cuya extensión es de 2,5 kilómetros y será el cuarto, situado 4 kilómetros aguas abajo del actual Juan Pablo II.

Aunque la declaración de impacto ambiental señala como fecha estimada de inicio de la construcción, el mes de septiembre de este año, es improbable que en sólo dos meses el proyecto cuente con Resolución de Calificación Ambiental.