Las “farmacias populares” han encontrado trabas desde su implementación en la región del Bío Bío, principalmente debido a tensiones con los laboratorios, por precios y disposición de fármacos.

Con la de Chiguayante, ya son seis las farmacias comunales se han inaugurado en la zona y las solicitudes siguen llegando, en un modelo que se ha ido incorporando con bastante éxito, a lo menos, en el número de inscritos que hoy presentan.

La chiguayantina, ubicada en la avenida Manuel Rodríguez 355, nace con casi 700 pacientes, pero tienen capacidad para 1.500 por lo que las inscripciones están abiertas en Dideco y en sus propias dependencias, presentando receta médica con a lo mas 6 meses de antiguedad, fotocopia del carnet de identidad y el registro social de hogares, que se utiliza esencialmente para corroborar domicilio.

Porque si bien estas farmacias son para todos, se trata de todos los habitantes de las propias comunas.

El alcalde de Chiguayante, Antonio Rivas, explicó tomaron la decisión de ser parte de este modelo para “transferir a su valor real los remedios que pudieron estar por mucho tiempo en manos de los que necesitan tener mejor calidad de vida y salud a un precio que es sostenible”.

Rivas indicó que “vale la pena reflexionar qué han estado haciendo todo este tiempo las cadenas farmacéuticas, que en realidad han provocado muerte, esto es una especie de genocidio encubierto”.

Cristián Valdebenito | RBB
Cristián Valdebenito | RBB

Laboratorios se niegan a vender

En Concepción abrieron su botica municipal recién el 16 de mayo y ya tiene 4 mil inscritos, dispensando esencialmente medicamentos y en menor medida insumos y productos lácteos.

Todo avanza, excepto por algunos laboratorios que incluso se han negado a vender los fármacos con los que cuentan. La directora DAS penquista, Rosario Bustos, explicó que buscan tener más apoyo y reducir esos problemas con la posible incorporación de la comuna a la Asociación Chilena de Farmacias Municipales.

Bustos indicó que las empresas se han rehusado a la venta “tal vez por la baja cantidad de fármacos que queremos comprar”, pero asegurando que esto sólo lo están generando aquellos laboratorios que no les interesa vender a un precio justo.

Siempre se ha dado respuesta a los usuarios, dijo la directora. Cuando el medicamento llega, por Cenabast o trato directo, así como cuando les va mal y no lo adquieren; o en casos cuando está, pero con diferencias mínimas de precio, que quizá no vale la pena la espera.

Porque el sistema se activa cuando la gente llega con la receta. Ahí se toma contacto con el laboratorio y comienza la búsqueda del fármaco y las condiciones de compra.

En San Pedro de la Paz abrieron la primera farmacia popular de la zona. El alcalde Audito Retamal confirma que llevan 3 mil inscritos y subiendo, por lo que están a punto de agregar otros productos como pañales y lácteos.

Con los laboratorios, sostiene que han mejorado algo las relaciones, pero se requiere certeza y fluidez respecto a precio y stock, por lo que están atentos a la necesidad de establecer un poder comprador a través de la asociación que se conforma para estos efectos, indicó Retamal.

Regulación

Las farmacias populares están reguladas al igual que las comerciales, asesorados por la autoridad sanitaria.

El seremi de Salud Mauricio Careaga explicó que “no se les pide ni menos ni más que las farmacias privadas”, donde, por ejemplo, deben respetar aspectos como la climatización y la cadena de frío. La única excepción corresponde a que no están obligados a tener los precios a la vista, ya que los valores están en conocimiento del usuario, al ser una intermediación.

Las otras farmacias populares de la región están en Ñiquén, Santa Bárbara y Los Ángeles. Tomé será la séptima que oficializará su apertura próximamente.