Pese al reciente abastecimiento de agua potable que logró el sector de Laguna Verde de Valparaíso mediante un recurso de protección, los vecinos aseguraron que continúan con carencias en materia de recursos básicos, como es la falta de concesión eléctrica de Chilquinta.

La reventa de luz que se desarrolla en la zona es realizada por personas que cobran hasta 1 millón y medio de pesos por la instalación de cableado. El servicio no cuenta con la entrega de boleta, por lo que no existe garantía alguna.

Así lo explicó Karina Jiles, presidenta del Comité Tierras Rojas, quien además aseguró que este es solo uno de los tantos bienes inestables e insuficientes con los que viven.

“Es complicado que te respondan por reparación de electrodoméstico quemado. Están en incumplimiento de todas las normas, pero si nosotros hiciéramos algún tipo de demanda nos estaríamos arriesgando a quedar sin luz”, explicó.

Jaime Muñoz, integrante del Movimiento de la Defensa de Laguna Verde, indicó que esa realidad es injusta, ya que la empresa de energía posee permisos en el sector Celia Rosa y a otros les solicitan un permiso de servidumbre o declaración de camino público, petición con la que no han podido cumplir pese a los intentos por conseguir ayuda desde el municipio porteño.

“Estos revendedores ni siquiera le hacen contrato a la gente, ni entregan boleta… Y les cobran $200 a $250, a lo que Chilquinta cobra 67 pesos”, aseveró Muñoz.

Desde la Gerencia de Servicio al Cliente de dicha empresa, Paulina Guzmán, señaló que se ven imposibilitados de cumplir la necesidad de los vecinos debido a diferentes irregulares que presenta el territorio. Si bien aseguraron no contar con una concesión en la zona, sí indicaron estar conscientes de la problemática.

Cabe señalar que pese a los intentos de Radio Bío Bío, desde la Municipalidad de Valparaíso optaron por no referirse al tema. Tampoco se obtuvo una respuesta por parte de la Gobernación Regional y Delegación Presidencial de Valparaíso.