El sindicato de Gendarmería denunció malas condiciones de seguridad e higiene al interior del Centro Penitenciario de Valparaíso. Además, aseguraron que la fuga de los seis reos era algo que sabían que ocurriría en algún momento.
Según precisaron, los internos habrían recibido el arma con que amenazaron al gendarme, a través de la modalidad de “pelotazos” el día anterior al escape.
Tras la renuncia de tres altos mandos de Gendarmería, luego de la fuga de seis reos desde el Centro Penitenciario de Valparaíso, los funcionarios comenzaron a denunciar una serie de hechos que, incluso, podrían explicar la nueva fuga de los reclusos.
César Flores, sargento primero de Gendarmería y segundo director del sindicato Agepro Valparaíso, aseguró que la huida de los privados de libertad era algo que sabían podía ocurrir.
Incluso indicó que la jefatura estaba en pleno conocimiento, porque las condiciones estaban dadas para que eso sucediera, al no contar con cámaras en funcionamiento y tener escasas medidas de seguridad en el penal.
También denunció las precarias condiciones en las que viven tanto reos como gendarmes, los que deben enfrentar malos olores y caminar entre cerca de 30 centímetros de excremento.
En esa misma línea, Mario Brito Rojas, presidente Anfup del provincial Marga Marga, indicó que solicitaron a través de un oficio al Contralor General de la República, Jorge Bermúdez, que el proceso sumario sea iniciado desde el organismo bajo su dependencia.
Según precisó, lo que piden es una solución estructural.
Los funcionarios recalcaron que en el módulo 104, de donde se escaparon los seis reos, la población penal es de 140 interno, los que deben ser vigilados por un solo gendarme.
Flores además aseguró que el día previo a la fuga, los internos habrían recibido el arma por medio del denominado “pelotazo”.
Respecto a lo último, la investigación deberá establecer si se trató de un arma real y cómo llegó a manos de los condenados.