“A mí me destruyeron (…) Pienso que todo el mundo está espiando mi vida”. Con esas palabras se refirió al duro momento que está pasando la mujer, que fue captada por una cámara de televigilancia besándose en una plaza y cuyas fotos llegaron a su marido, provocando un quiebre matrimonial.
Las declaraciones entregadas a 24H se dan tras la grabación registrada el 17 de marzo de este año y luego de que -sólo días después del hecho- el cónyuge llegara ofuscado al trabajo de la mujer con fotografías en mano. Ella prefirió mostrar el registro a sus hijos, a los que dejó de ver y producto de la crisis se fue de la casa.
La situación captada no constituía un problema de seguridad pública ni un delito, por lo que la mujer afectada exigió explicaciones a las autoridades comunales, lo que terminó en una investigación interna.
“No me dan ganas de salir por lo mismo, porque pienso que todo el mundo me está grabando. Pienso que todo el mundo está espiando mi vida. Porque ya me sentí vulnerada”, asegura la mujer -quien prefirió resguardar su seguridad- al medio televisivo.
Asimismo, sostiene que ya estaba separada con su pareja al momento de ocurridos los hechos, aunque de todos modos reclama la falta de privacidad, pues el material precipitó el quiebre matrimonial definitivo.
“El hecho que yo salga, saliendo de carrete a las 4 y media y me estén grabando y que me estén haciendo zoom y es todo a mi persona con la cámara de la municipalidad, que es para robos (…) siento que todo está encima mío”, consigna 24H.
Y agrega: “A mí me destruyeron, de pasadita a mi familia y también a mi expareja. Estoy con crisis de angustia”.