Una joven de 25 años está evaluando tomar acciones legales en contra del Hospital de Quilpue, luego de haber caído a urgencias por un embarazo de alto riesgo, porque tenía implantando el dispositivo intrauterino T de cobre.
Según relata, terminó dando a luz a su hijo fallecido en un cuarto del recinto tras una presunta descoordinación de los profesionales que la atendieron.
Desde el hospital niegan tajantemente la acusación.
La mujer, según narró en un video subido a su Facebook, debió someterse a una serie de exámenes que finalmente determinaron que el feto sería inviable, por no haber ya líquido amniótico en su vientre.
Sin embargo, un objetor de conciencia, le habría negado la solicitud de aborto por la segunda causal.
Luego de varias horas, otra matrona le comunicaría que efectivamente debía realizarse el aborto, por el estado de salud del feto.
Ante esto, le habrían leído los documentos para ser firmados por la vía legal para que la mujer pudiara abortar, administrándole la primera pastilla misoprostol.
Después de 24 horas, la segunda pastilla debía ser proporcionada para completar el tratamiento.
Sin embargo, según la afectada, la médico de turno argumentó también ser objetora de conciencia.
Le diría que el procedimiento podría extenderse hasta 48 horas, lo que significaba un cambio de turno con otro médico que no se negara a proporcionarle la pastilla.
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Finalmente la mujer acusa que terminó dando a luz al feto muerto sin recibir atención médica en la cama de un cuarto del hospital.
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A través de un comunicado, el Hospital de Quilpué descartó que la paciente haya estado sin atención ni vigilancia .
Aseguraron además que “la paciente recibió la atención que la ley garantiza, practicándosele interrupción voluntaria de embarazo por Causal 1”, no por la segunda.
Tanto la primera como la segunda causal (por riesgo de vida de la madre y por inviabilidad fetal, respectivamente) requieren diagnósticos previos que certifiquen las situaciones, tras los cuales la mujer puede decidir si abortar o seguir con el embarazo.
También señalan que no obstaculizaron el procedimiento de interrupción voluntaria del embarazo, sino que atribuyeron la situación a un malentendido.
“Considerando el momento de sensibilidad emocional que significa, entiende que
pudo generarse un malentendido en la información y en la contención de la paciente”, consignaron.
Agregaron que el feto no se encontraba en situación de riesgo inminente, por lo que el médico de turno ejerció su objeción de conciencia.
Incluso el hospital señaló que la paciente evolucionó en forma satisfactoria, siendo dada de alta en buenas condiciones.
La joven está siendo asesorada por la Coporación Humanas, con quienes evalúan la presentación de una acción legal por lo ocurrido.
Hasta el momento desde Corporación Humanas no han respondido las preguntas de Radio Bío Bío.