En abril de 2016, a 63 años de haber sido erradicado del país, un ejemplar de Aedes aegypti fue encontrado en la región de Arica, lo que gatilló un intenso operativo sanitario en la materia, confirmado por la entonces ministra de Salud, Carmen Castillo.
En enero de este año, en tanto, y en la misma región, una docena de estos mosquitos fueron encontrados, aunque se descartó que hayan transmitido algún tipo de enfermedad.
Producto de lo anterior, en la zona norte del país existen protocolos al respecto, con el objetivo de mantener a raya a este mosquito que transmite el zika, el dengue, la fiebre amarilla y la chikunguña.
Pese a que en la región de Tarapacá no se han registrado estos casos, sí existe un Programa de Vigilancia, Prevención y Control de Mosquitos de Importancia Sanitaria, iniciativa que instaló ovitrampas en Huara, Pozo Almonte, Iquique y Alto Hospicio, urbes que -por su emplazamiento geográfico- tienen el riesgo de desarrollar colonias de este insecto.
En esa línea, en conversación La Estrella de Iquique, el seremi de Salud de esta región, Manuel Fernández, entregó claves para poder evitar la proliferación de este mosquito, a días de partir el segundo megaferiado de 2018.
“Hay medidas simples pero efectivas como el reemplazo de agua en floreros por arena húmeda o espuma oasis; cambiar y limpiar diariamente bebederos de mascotas, mantener patios limpios, ordenados y evitar la formación de criaderos”, dijo.
La importancia de lo anterior radica en que este zancudo “sólo necesita una tapita de agua para reproducirse”, pudiendo depositar hasta 200 huevos, advirtió el titular de la cartera local.
A ello se suma el conocimiento que debe tener la población acerca de este mosquito, sobre todo a la hora de reconocerlo.
En concreto, mide entre 5 y 7 milímetros, su cuerpo es negro, sus patas tienen rayas blancas y su desplazamiento no supera los 40 metros por día.