Hace algunos días contamos algunos de los atractivos que tiene la región de O’Higgins para comer rico y tomar buen vino, pero la zona tiene más que eso. También hay interesantes lugares para realizar turismo rural.
En un mundo digitalizado, en O’Higgins es posible encontrar parajes que todavía funcionan de forma analógica, con el ser humano como protagonista principal para cobrar vida.
BioBioChile recorrió parte de la zona en una actividad organizada por el Sernatur, realizada gracias al apoyo del Gobierno Regional de O’Higgins, a través de su Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) de promoción turística.
Aquí te contamos algunas de las actividades que puedes conocer o realizar en la región.
Chamanteras de Doñihue
Una tradición que se mantiene desde hace 200 años, cuenta María Elena Carrasco, presidenta de la Agrupación de Chamanteras de Doñihue, localidad que tiene la denominación de origen de los chamantos.
Son los mantos de lujo utilizados por los huasos y que en Doñihue, la cuna del chamanto, se confeccionan a mano y utilizando distintos telares para realizar los diseños.
Carrasco cuenta que cada chamanto es distinto del otro y que su elaboración puede tomar hasta medio año. Su precio puede alcanzar los $3 millones.
Se trata de una tradición heredada de generación en generación y que lucha por mantenerse viva, ya que en la actualidad cuesta convencer a las jóvenes. Pero igualmente aún hay mujeres que se suman a la labor.
Si quieres conocer más sobre su labor, las puedes encontrar en Miraflores 610, Doñihue.
Molino de agua Rodeillo
Poco antes de llegar a la costa, cerca de Pichilemu, se encuentra el Molino de Rodeillo, el que tiene 70 años de historia.
Se trata de un molino de agua que mantiene la tradición de moler granos para fabricar harinas y que hoy está convertido en una atracción turística.
Nibaldo Muñoz, uno de los hijos del fallecido constructor del molino, mantiene viva la tradición junto a su hermano Julián. Cualquiera de los dos realiza una exhibición y explica cómo se pone en funcionamiento y se termina por moler cada grano.
Si pasas a conocer el lugar, también puedes adquirir harinas que fueron molidas en el mismo molino.
Al Molino de Rodeillo puedes llegar tomando en cuenta esta dirección:
Cahuil y Las Salinas de Barrancas
Probablemente, has escuchado a hablar de la Sal de Cahuil, la que se produce en el poblado de Cahuil, ubicado a pocos kilómetros de Pichilemu.
Uno de los salineros del sector de Barrancas, Juan Moraga, relata que lleva 40 años dedicándose a la extracción de sal en una tradición que tiene 500 años de historia.
En Cahuil no hay minas, sino que se aprovecha el ingreso de agua de mar y se realiza un proceso natural que deriva en la obtención de sal. Por ello, los salineros son considerados mineros no metálicos.
La Sal de Cahuil, que tiene denominación de origen, tiene varios beneficios para la salud, según Moraga, y además es baja en sodio.
En el mismo lugar puedes adquirir la sal en distintos tamaños y en precios mucho más convenientes, ya que se compran directamente a los productores.
Artesanía en arcilla Los Troncos
En la zona de Pañul, también cerca de Pichilemu, hay varios artesanos que elaboran diversos productos con arcilla.
Una de ellas en María Jorquera, propietaria de “Los Troncos”, un pequeño local donde vende platos, potes, maceteros y un largo etcétera, elaborados con arcilla y también algunas creaciones en madera.
Allí también tiene un restaurante donde hay cazuelas, empanadas, pastel de choclo, humitas, pan amasado, mote con huesillo e incluso terremoto.
Jorquera cuenta que por $1.500 por persona, muestra cómo es el proceso en que se fabrica la artesanía en arcilla, en su taller ubicado tras el mencionado restaurante.
Parque en el Aire
Pensando en los más chicos y también en los grandes, en el sector de Lo Miranda en Doñihue está el Parque en el Aire, centro recreativo para realizar diversas experiencias adrenalínicas y otras incluso astronómicas.
La sensación que puedes sentir es muy parecida a la de un parque de diversiones, pero vinculado a la naturaleza.
Cuenta con dos circuitos, uno para niños y otro para jóvenes y adultos, con actividades como tirolesa, muros de escalada y puentes con troncos móviles. Esto se realiza con todas las medidas de seguridad necesarias.
En tanto, cuando el tiempo acompaña, de noche se realizan caminatas astronómicas para mirar los astros desde los Altos de Cantillana, cordón montañoso donde está ubicado el parque, relató Luis Albornoz.
Asimismo, también hay senderos educativos para que los niños se conecten con la naturaleza. Las reservas puedes realizarlas en este link.
Bonus Track: Colchagua Turismo Rural
A todas estas actividades puedes llegar por la agencia Colchagua Turismo Rural, de Pablino Vergara, que prepara diversos tours y programas para conocer la región de O’Higgins.
Con él, puedes conocer las viñas y otros panoramas, como por ejemplo el glaciar Universidad. El Valle de Colchagua promete aventuras “de cordillera a mar”.