95 días pasó desaparecida Carolina Fuentes, hasta que su cuerpo lo encontraron en la ribera del río Ñuble. El imputado fue su pareja en etapa escolar, relación que terminaron y retomaron años más tarde. Mensajes falsos enviados a su familia y una serie de documentos son parte del juicio que se llevará contra el único acusado.
La Fiscalía de Ñuble pide presidio perpetuo para el único imputado por el femicidio de Carolina Fuentes en 2020, mujer que pasó casi tres meses desaparecida.
Así lo expuso el fiscal, Álvaro Hermosilla, quien indicó que este tipo de crimen “constituye la forma más extrema de violencia en contra de una mujer”.
Tres semanas se espera que dure la audiencia por el juicio en contra de Ricardo Neira Arriagada, en el cual la Fiscalía presentará 53 testigos y 24 peritos, más prueba documental, pericial y otras.
A este caso de femicidio se le suma la agravante de alevosía en contra de Carolina Fuentes.
Carolina Fuentes: crónica de un femicidio
El caso de Carolina Fuentes se remonta a junio de 2020, luego que desapareciera en la región de Ñuble.
El 15 de ese mes, según los datos que ha entregado el Ministerio Público, Carolina viajó desde Santiago, en la región Metropolitana, a Ninhue en Ñuble y luego a Portezuelo, a la casa del ahora imputado, Ricardo Neira Arriagada.
En dicho inmueble estuvo entre el 25 y 30 de junio. El último día, el caso tomaría otro rumbo. 95 días pasó desaparecida, hasta que el 5 de octubre fue encontrada muerta en la ribera del río Ñuble.
¿Qué ocurrió con Carolina Fuentes?
Carolina y Ricardo discutieron el 30 de junio, por lo que la mujer se subió a la camioneta del imputado. Según los detalles, este impidió que la mujer lograra escapar y la asfixió con un lazo amplio, liso y suave.
El fiscal, Álvaro Hermosilla, indicó que “la forma de muerte no es algo accidental, porque ese es un acto de dominio, debe ser leído como un acto propio de violencia contra la mujer”.
Otro dato que se conoció, es que ambos se conocieron y pololearon en la etapa escolar, sin embargo, esto no prosperó en ese momento y lo retomaron años más tarde. Entre 2015 y 2016 mantuvieron una relación sentimental, agregó el fiscal, e incluso habrían convivido.
La relación entre ambos “siempre estuvo teñida de violencia”, indicó el fiscal.
A los 53 testigos y 24 peritos, además de las pruebas, se suman peritajes como la geolocalización de tráficos telefónicos, ya que desde el teléfono de la víctima salieron mensajes dirigidos a su familia, días después de su desaparición. Dichos textos apuntaban a que tenía planeado ir al sur. Esto nunca fue real.