Javier Acuña Hormazábal, el dueño de Box Training CF, el centro de crossfit donde se desató el brote epidemiológico de Chillán, ha tenido días agitados. Ya suman 25 los casos de coronavirus asociados a ese lugar, por lo que decidió -inicialmente- cerrar el lugar por dos semanas y realizar la desinfección de las instalaciones.
Posteriormente optó por extender la cuarentena del recinto por un plazo indefinido. Por lo mismo, empezó a reinventarse y mediante las redes sociales de su centro anunció alternativas: “Estoy ofreciendo asesorías con rutinas diarias a través de un grupo de WhatsApp. El valor mensual es de 20 mil pesos a los que llevaron material y de 15 mil pesos a los que quieran hacer con peso corporal”.
Acuña, profesor de Educación Física de la Universidad del Bío Bío, detalló que todo comenzó el lunes 9 de marzo, cuando uno de los alumnos -de 29 años- asistió a una clase por la noche al regreso de un viaje a Perú con su pareja, donde en ese entonces no había ninguna alerta.
“El martes también fue, a una clase un poco más extensa, y el miércoles no apareció. La mañana del miércoles tenía síntomas, que se fueron agravando y en la noche fue a la clínica. Al médico le dijo que había estado fuera de Chile y por eso le tomaron el test. El jueves en la madrugada arrojó positivo”, relató a La Segunda.
Desde antes ya había decidido mantener el local cerrado entre el jueves y el lunes, pero porque había un olor a gas en el sector.
Una vez que el alumno infectado le avisó, puso una alerta en las redes sociales del gimnasio para intentar contactar a los demás alumnos y personal que estuvo expuesto esos días. En total, unos 150 alumnos de los 230, además de los 6 profesores y una persona encargada del aseo. Según dijo, el 95% de las personas potencialmente en peligro recibió el mensaje.
“No me siento culpable tampoco. Esto pudo haber pasado en un pub, en un concierto, en un gimnasio común y ahí habría sido peor, porque ahí tienen máquinas”, aseguró.
Del gimnasio a las autoridades
Una de las alumnas infectadas en Box Training fue el sábado al matrimonio de un exseremi de Deportes y una profesora en San Nicolás, al cual también asistieron cuatro seremis, un gobernador y el diputado UDI Gustavo Sanhueza.
“El día lunes ella fue a consultar al hospital, porque trabaja en el sistema público. Le indicaron que estuviera en la casa, pero como dijo que trabajaba con menores, le dijeron que pidiera un licencia. Ella es el único caso asintomático. Hasta el día de hoy la llamo para saber si tiene fiebre y tos y me dice ‘no tengo nada Javier, es increíble"”, relató el dueño del gimansio.
No obstante, su examen arrojó positivo y desató las cuarentenas preventivas entre las autoridades que estuvieron presentes.
Para cerrar, dejó claro que no volverá a abrir en largo tiempo, más allá del exigido, cuando haya pasado la fiebre del coronavirus. “No nos han clausurado. Fue decisión mía cerrarlo, porque si quisiera y fuera un negociante, abro las puertas de nuevo”, aseguró.