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Luces, adornos y viejos pascueros: Valdivia hace brillar todo su espíritu navideño

Publicado por Sandra Martínez Tapia
La información es de Diego Malverde

24 diciembre 2024 | 21:07

Una vez más, familias de Valdivia sacaron a relucir su aprecio por la Navidad, regalando a sus vecinos luminosas postales, decorando sus casas desde el patio hasta el techo.

Durante gran parte del año, predomina el color gris, en esta, una de las ciudades más lluviosas de Chile. Pero en las semanas previas a Navidad no importa la tonalidad del cielo, porque le ganan las miles de luces, viejos pascueros, renos y muñecos de nieve que muchas familias sacan a relucir en sus antejardines y exteriores de las casas, colmando el entorno de ambiente navideño.

Todo, mientras con una sonrisa en sus rostros y los ojos iluminados con el multicolor, hijos, padres y abuelos se acercan a presenciar lo que se transforma en un espectáculo a pequeña escala, en distintos barrios de Valdivia.

Recorrimos nuevamente algunas de estas casas, para conocer qué motiva a sus propietarios. El denominador común: sacar una sonrisa a quienes pasen por fuera.

En avenida Luis Damman, Villa Los Fundadores, Lili Contreras y su pareja, Rolando Fernández llevan tres años repletando el patio de adornos y luces. Desde entonces es parada obligada para quienes transitan por el sector. Abundan las fotografías y los rostros felices.

Cada año van sumando nuevos objetos, sin importar la cuenta de la luz ni el dinero que han invertido en la decoración. Para esta familia, nada es más importante que la alegría de sus prójimos.

Sonrisas en navidad

En uno de los extremos de Valdivia: Avenida Circunvalación Oriente, Villa Las Américas, Luis Ovando lleva 20 años dedicando su tiempo para alegrar a los demás en Navidad. Luces, un pesebre, el amistoso viejo pascuero musical y los renos en el techo implican semanas de preparación.

Para Luis, todo el esfuerzo se ve compensado con la alegría de adultos y niños que se detienen en su casa, a quienes les abre las puertas. También para dejar atrás el recuerdo de las navidades de su niñez, cuando la pobreza era mayor que los adornos y regalos.

Pero Luis no se queda sólo en la decoración. Todos los años, compra dulces y prepara decenas de bolsas para regalar a sus pequeños vecinos el día 24. En esta oportunidad agradece a los comerciantes cercanos que le ayudaron.

Su casa también se ha convertido en una sucursal del Polo Norte, recibiendo cartas de algunos niños, que confían en él para mediar ante Santa, al que Luis le da una mano apoyando con algunos regalos.

Pequeñas historias, pequeñas acciones, que van más allá de luces y adornos, tras ello, hay sentimientos… Recuerdos que llevan a estos vecinos a regalar algo más importante que cualquier cosa material: una sonrisa que ilumina el rostro y los corazones.