Morrompulli: la "zona de sacrificio" de Valdivia agotada de problemas sanitarios y de conectividad

Como una “zona de sacrificio” e incluso como el “patio trasero” y el “basural de la región”, así se han autodefinido los vecinos de Morrompulli, una localidad que está ubicada al sur de la capital regional y que han presentado distintos problemas desde que se instaló el vertedero hace unos 40 años, espacio que reúne la basura de las doce comunas de Los Ríos.

Algunas familias están desde la época anterior a que se creara el espacio, enfrentando además adversidades como la falta de conectividad digital y de transporte. Lo que se suma a la presencia de jotes, ratas o perros asilvestrados que han matado a ovejas que están en las cercanías, provocando pérdidas económicas.

La denuncia no es reciente, se lleva tiempo trabajando por unas mejores condiciones en la comuna. Sobre todo después del derrumbe desde el vertedero que ocurrió a madiados del año pasado, instalándose basura en el patio de una adulta mayor, lo que trajo consigo una fuente de contaminación que mantiene en alerta a la comunidad.

Una situación por la cual los vecinos decidieron salir a la calle, alzar la voz y manifestarse, en una protesta por la cual bloquearon la ruta entre Valdivia y Paillaco y que desencadenó en reuniones con autoridades para abordar este complejo panorama.

Tras la avalancha de basura, la Superintendencia del Medio Ambiente formuló cargos contra la municipalidad de Valdivia, encargada de administrar el espacio.

La alcaldesa de la comuna, Carla Amtmann, afirmó que están a la espera de la aprobación del programa de cumplimiento por parte del organismo, en el cual se se recibe el visto bueno, se podría extender la vida útil del vertedero de Morrompulli por dos años más.

Un cierre que se pretende concretar una vez esté listo y operativo el relleno sanitario, cuyas obras aún no superan el 30 por ciento de avance y que cuenta con un financiamiento superior a los 12 mil millones de pesos.

Todo esto mientras los vecinos continúan conviviendo con la basura todos los días, a la espera de una solución permanente de las autoridades.