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Niña de 3 años recupera movilidad tras quedar paralizada en Hospital de Puerto Montt // Alondra, la pequeña que sorprendió al Hospital de Puerto Montt al perder repentinamente la movilidad de todo su cuerpo, logró recuperar parte de ella gracias a una terapia de recambio plasmático. Tras ser trasladada de urgencia al centro de salud, los médicos diagnosticaron un posible \'Síndrome de Guillain-Barré\'. Tras tres semanas de tratamiento, Alondra ya puede mover su cabeza, hablar y sonreír, evolución que ha emocionado a su familia y al equipo médico encargado de su cuidado en la Unidad de Paciente Crítico Pediátrica del hospital. La madre agradeció el esfuerzo de todos los profesionales, especialmente del Dr. Felipe, por el cuidado brindado a su hija.
Un llamativo caso conmocionó durante los últimos días al Hospital de Puerto Montt, en la región de Los Lagos.
Se trata de Alondra, niña de tres años que tras perder -sin causa aparente- la movilidad de todo su cuerpo, logró recuperar parte de ella, tras una terapia de recambio plasmático.
En concreto, fue el pasado 25 de noviembre cuando la menor pasó de una pérdida general de movilidad a una parálisis general que le impedía levantar su cabeza, hablar, e incluso respirar con normalidad. Razón por la que fue trasladada desde Calbuco hasta dicho centro de salud.
“Ella comenzó a convulsionar y le salía espuma por la boca. Debido a su estado, decidieron trasladarla al Hospital de Puerto Montt. Al llegar a la Urgencia del establecimiento, ya no movía ninguna parte de su cuerpo. Le tomé la mano a mi otro hijo y le dije ‘mi niñita se va a morir’”, recuerda Marilú, madre de la infante.
El proceso de Alondra en el Hospital de Puerto Montt
El médico intensivista pediátrico, Felipe de Amesti, fue el encargado de recibir a Alondra. “El primer diagnóstico reveló que posiblemente ella sufría el ‘Síndrome de Guillain-Barré’, sin embargo, también venía sin la capacidad de tragar o de toser, por lo tanto era necesario ayudarla a respirar y proteger su vía aérea”, señaló.
“Rápidamente tuvimos que intubarla, dado que ingresó en riesgo vital. Afortunadamente, logramos estabilizarla y conectarla a un respirador mecánico”, puntualizó.
El intensivista reconoce que “fue después, gracias a una resonancia magnética, que pudimos evidenciar que la médula de Alondra estaba inflamada en un tramo extenso, sugiriendo que este caso se trataba de algún tipo de enfermedad autoinmune, lo que nos permitió determinar que la plasmaféresis era el tratamiento correcto a aplicar. Así iniciamos la terapia de recambio plasmático, a la que se sumó la aplicación de corticoides en altas dosis”.
Después de tres semanas, Alondra, poco a poco, comenzó a recuperar su movilidad corporal. Así, actualmente, ya no necesita estar conectada a un ventilador mecánico, puede mover su cabeza, e incluso, hablar y sonreír.
El desafío de los médicos y la felicidad de la familia
El caso de Alondra, quien ya cumplió tres meses internada en la UPC, representó un desafío para el equipo de profesionales.
“Fue complicado en un inicio. Ahora que su enfermedad ha evolucionado de manera positiva, estamos muy contentos por el deber cumplido”, reconoció la médico jefe de la Unidad de Paciente Crítico Pediátrica del Hospital de Puerto Montt, Dra. Miriam Muñoz.
“Ahora, cuando le den el alta, la vamos a tener que cuidar demasiado, pero estoy muy feliz porque ya mueve su cabeza, sus manitos y me habla. Le agradezco a todos los funcionarios del Hospital, ya que han cuidado bien a mi hija, y especialmente al Dr. Felipe, quien ha estado siempre con nosotros”, concluyó al respecto la madre de la niña.