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La fiscal jefe de Osorno, María Angélica De Miguel, destaca que los delitos sexuales y crimen organizado han marcado la pauta investigativa en la provincia, con incautaciones de droga aumentando tras la pandemia. Se observan fenómenos como casas de tortura y secuestro, antes poco comunes en la zona, lo que ha llevado a altas condenas pero también a un refuerzo en la capacitación de las policías locales para prevenir su normalización.

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La fiscal jefe de Osorno, María Angélica De Miguel, se refirió a los principales focos delictuales que han marcado la pauta investigativa en los últimos años en la provincia.

En ese marco, destacan los delitos sexuales y crimen organizado como hechos relativamente frecuentes, y que concitan gran parte de la atención en la zona.

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Además, la persecutora asegura que tras la pandemia las incautaciones de droga aumentaron significativamente respecto a los años previos.

“Efectivamente hay delitos que no estábamos viendo antes, como casas de tortura, lugares donde se ejecutan a personas, y que efectivamente hemos pasado a juicio oral”, señaló De Miguel.

A consecuencia de ello, se han observado delitos que antes no se veían en la zona, como casas de tortura, quitadas de droga, y secuestro; fenómenos que se ven con mayor frecuencia en la zona central.

En ese marco, la fiscal De Miguel destaca que si bien se han obtenido altas condenas por delitos de este tipo, las policías de la zona se preparan para enfrentarlos, recibiendo capacitaciones apropiadas para evitar que se normalicen.