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En Osorno, ante la ausencia de un plan definitivo para la gestión de residuos sólidos, se inician labores de optimización en el colapsado vertedero actual, generando inquietud en los defensores del medio ambiente local. La Red Ambiental La Ciudadana de la zona, encabezada por Ricardo Becerra, alerta sobre los peligros de los desechos líquidos, especialmente por su cercanía a terrenos agrícolas. Por su parte, Alejandra Navarrete, de la Unidad Medioambiental del municipio, confirma las mejoras en el vertedero de Curaco para prevenir la contaminación por lixiviados, enfocándose en las precipitaciones invernales. La preocupación radica en los efectos de estos trabajos en el principal depósito de basura de la provincia, operativo desde 1987 en 31.5 hectáreas y recibiendo aproximadamente 220.000 toneladas anuales de desechos compactados.

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Ante la falta de un proyecto que defina dónde se depositará la basura de la provincia de Osorno, comenzaron los trabajos de optimización del actual colapsado vertedero, lo que preocupa a los ambientalistas de la zona.

En concreto, la situación fue abordada por la Red Ambiental La Ciudadana de Osorno, cuyo presidente, Ricardo Becerra, advirtió respecto de los efectos de los desechos líquidos, en especial por la proximidad de terrenos de uso agrícola.

“Consideramos también preocupante esta situación, toda vez que los lixiviados son altamente contaminantes. Además, alrededor del vertedero de Curaco se realizan actividades de tipo agrícola”, señaló.

Por otra parte, ante las consultas de Radio Bio Bio, Alejandra Navarrete, a cargo de la Unidad Medioambiental del municipio de Osorno, confirmó los trabajos y las labores que se realizan en el único vertedero de la provincia.

“Efectivamente se están desarrollando obras de mejoramiento en el vertedero de Curaco. Estas obras tiene por objeto evitar posibles situaciones de contaminación por lixiviado, los cuales generalmente pueden ocurrir cuando aumentan las precipitaciones en invierno, por eso se está trabajando en esta época del año“, detalló.

La preocupación se debe a los efectos de los trabajos en el principal centro de recepción de basura de la provincia, que opera desde 1987 en 31.5 hectáreas. Esto a propósito del material residual resultante de los edificios de tierra que compactan la basura, la que anualmente suma cerca de 220.000 toneladas.