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El Centro Sismológico Nacional en Puerto Octay, provincia de Osorno, se quedó sin capacidad de monitoreo debido al robo de baterías de respaldo y un controlador de un sismógrafo con conexión satelital. Tras dejar de recibir información, se descubrió el ilícito al encontrar forzado el acceso a la estación. Este robo afecta la detección de sismicidad en la falla de Liquiñe-Ofqui y la zona de contacto de placas, según Sergio Barrientos, director del centro. El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres en Los Lagos repudió el hecho, destacando la importancia de estos instrumentos para entender y medir movimientos telúricos. El avalúo de lo sustraído supera el millón y medio de pesos, y se espera la pronta restitución de los equipos robados.

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Sin capacidad de monitoreo quedó en Centro Sismológico Nacional, en la zona de Puerto Octay, en la provincia de Osorno, a causa del robo de baterías de respaldo del gabinete que alimenta un sismógrafo con conexión satelital.

El ilícito quedó al descubierto luego que desde el nivel central del Centro Sismológico Nacional dejara de recibir información. Ante eso se envió a personal que constató que se forzó el acceso a la estación y se llevaron las baterías y un controlador.

“Al dejar de transmitir sus datos nosotros nos preocupamos y al visitar la estación encontramos que alguien había entrado llevándose las baterías y también el controlador de carga”, relató Sergio Barrientos, director del centro citado, quien además lamentó que este robo implica quedar con un sensor menos disminuyendo la capacidad de monitoreo de los sismos.

Barrientos explicó que las estaciones ubicadas cerca de Puerto Octay son las que ayudan a conocer la sismicidad de la falla de Liquiñe-Ofqui y en la zona de contacto de las placas.

Desde el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres en Los Lagos repudiaron y condenaron este ilícito, ya que se trata de un instrumento que permite conocer la información referida de un sismo y definir la exactitud de la dirección y amplitud de los movimientos de la tierra en un terremoto.

El avalúo de lo robado supera el millón y medio de pesos y se espera la restitución de las baterías, además del equipo controlador con la mayor prontitud.