Pesimista se presenta la industria salmonera en la región de Los Lagos, esto frente -a lo que definen como- una serie de trabas para el desarrollo del rubro que han derivado en un estancamiento y en la pérdida de competitividad frente a Noruega y Escocia.

Estancados. Así aseguran estar en la industria chilena del salmón, dados una serie de signos, que van desde la burocracia, hasta una pérdida de perspectiva del rubro, el segundo en importancia y con carácter estratégico para el país.

Radio Bío Bío con los actores más relevantes del área sobre sus perspectivas, y reina más la incertidumbre que el entusiasmo frente a una serie de factores que reconocen en la materia.

Lo que dicen los números

Las evidencias, por ejemplo, están en las toneladas netas y exportaciones que iban en sostenido crecimiento, hasta que el 2023 la curva se aplanó, en tendencia que se sostiene.

Las cosechas también tienden a estabilizarse en los últimos cuatro años, en salmón atlántico y en menor medida la variante coho.

La denominada “permisología” es otro de los factores que están pesando en el ambiente de pesimismo salmonero, sumado a la falta de voluntad política para las denominadas “relocalizaciones”, que implicarían menos concesiones pero más grandes, distanciadas entre sí y ubicadas en lugares con menor impacto ambiental.

A su vez, hay pesimismo en la voluntad política real para desplegar una iniciativa que el propio Estado propuso.

Pasa también con el otorgamiento de concesiones marítimas, que demoran como promedio casi 2 años y de las solicitudes pendientes hasta una década.

Para las renovaciones, la condición no mejora, considerando que las otorgadas van desde 7 meses a 7 años de tramitación, y las pendientes se extienden hasta por 9 años.

En este contexto, el desaliento de los inversionistas es evidente para el gerente de Farming en Salmones Blumar, Pedro Pablo Laporte.

Las leyes SBAP y Lafkenche y sus implicancias también se consideran en este ítem, así como una serie de otros trámites, como la renovación de concesiones que tampoco presentan una condición mejor.

Industria salmonera: estancados y compitiendo

Mientras que la incertidumbre regulatoria ha sido un factor clave en la pérdida de confianza de los inversionistas, considerando: la ley de Fondos Marinos, los reglamentos de la Ley de Escapes y la implementación de la Ley de Áreas Protegidas.

Y finalmente, otro aspecto que ha frenado el desarrollo de la industria está relacionado con nuevos criterios de evaluación ambiental, lo que queda a merced de interpretaciones y ha generado prácticamente un nulo ingreso de proyectos al Sistema de Evaluación Ambiental, en una curva en caída libre respecto de aprobaciones en la materia.

En es sentido, Laporte apuntó que el estancamiento de la industria es la consecuencia de este panorama.

Comparte el escenario de análisis la directora Ejecutiva del Consejo del Salmón, Loreto Seguel, que concentra a parte importante de la industria nacional. El estancamiento, coincide, es real y peligroso.

Y los que avanzan son los competidores mundiales por excelencia: Noruega y Escocia, que han determinado a la salmonicultura como actividad estratégica de su propio desarrollo, agregó Pedro Pablo Laporte.

Se reconoce desde la industria que hay un pasado donde efectivamente hubo faltas, pero insisten en que hoy se trata de una actividad altamente regulada y cada vez más fiscalizada, pero sobretodo con una intención de sustentabilidad y más empleabilidad, pero con reglas razonables.

Descentralizarse y galopar

Dos aspectos a considerar en las decisiones y miradas proyectadas a un nuevo rumbo de la salmonicultura nacional es la que proponen desde la industria, no sólo para crecer, sino para desarrollarse, donde las comunidades también se vean favorecidas.

En esa línea, pareciera que la descentralización de decisiones es un paso clave, en sintonía, por ejemplo, con el modelo noruego, explicó el representante de Blumar.

Asimismo, el trabajo público-privado en esto es fundamental, agregó la directora Ejecutiva del Consejo del Salmón, Loreto Seguel, porque la industria del salmón necesita del Estado.

En definitiva, galopar hacia un horizonte que permita a la industria responder, con un sentido competitivo a los requerimientos mundiales de una proteína que rápidamente se está instalando en los grandes mercados internacionales.

Esto último, con la oportunidad de protagonismo de la región de Los Lagos y toda la zona sur austral del país.