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Turnos extenuantes y un latente riesgo de contagio es parte del día a día de los funcionarios de la salud frente a la pandemia del coronavirus.
A eso se suma que hay veces en las que literalmente se mojan los pies para llegar a donde la gente más lo necesita. Ese es el caso de funcionarios de Purranque, quienes caminan horas y cruzan descalzos ríos con temperaturas cercanas a los 0 grados para llevar vacunas contra el covid-19 a sectores apartados. Pese a todo ese esfuerzo, en muchas ocasiones la respuesta que reciben es negativa.
Así quedó reflejado en un reportaje de Meganoticias, donde acompañaron a trabajadores del Cesfam de Purranque, en la región de Los Lagos, a llevar vacunas contra el coronavirus a comunidades de la zona.
La nota parte con un video de hace unas dos semanas, donde se aprecia a un técnico en Enfermería y una alumna interna de Enfermería que están en medio de un río, mojados hasta la cintura, todo para llevar vacunas contra el coronavirus a una familia que vive en un sector apartado de la zona.
En un momento, el tens cae y termina completamente mojado. En ese lugar y considerando la fecha, la temperatura del río es cercana a las 0 grados.
Tres horas de recorrido, cruzar un río a pie, para una vacuna
En el sector de Manquemapu vive una comunidad mapuche huilliche. Ivonne, enfermera de Purranque, junto a Marco, el tens que se aprecia en el video inicial y quien cae al río por intentar llevar las vacunas, son parte del equipo que se dirige a concretar el plan de vacunación
Soledad Martino, directora del Cesfam de Purranque, señaló que las condiciones no son de peligro, pero sí de sacrificio.
Tras tres horas de viaje, deben detenerse para seguir a pie el trayecto, cruzando incluso un río que se desprende del San Carlos.
Bastón en mano, mochila al hombro y zapatillas en el cuello, cruzan descalzos el cauce que tiene temperaturas extremas para poder llevar las vacunas hasta la comunidad.
“Así se trabaja en rural”, se escucha decir a una de las integrantes del equipo, según consta el reportaje de Mega.
Finalmente al llegar se encuentran con Silvia, cuya familia es la única que vive en ese lado del río.
De todos los integrantes que se ven en el video, que tienen edad suficiente para vacunarse, sólo uno accedió.
Ulises, la persona que se inoculó, dijo que antes no quería vacunarse por miedo. “De repente uno escucha tanta noticia, cree una, cree otra, al final no…”, dijo el hombre al medio.
Luego el quipo de salud debe volver a pie, cruzar nuevamente el río y embarcarse a otro sector.
A cruzar nuevamente el río
“Sentí en un momento que me llevaba la corriente”, dice Olga Moraga, paramédico de la Estación Rural Manquemapu, quien en compañía de Ivonne cruzan nuevamente un río para llevar vacunas contra la influeza, sin embargo, aprovechan de preguntar si mejor prefieren primero la del coronavirus.
La respuesta no fue muy positiva.
Su misión es la inoculación del 100% de su sector, donde se han registrado diversos brotes de covid.
Las recibe la señora Francisca, a quien le deben administrar la vacuna contra la influeza. Al ofrecerle la otra opción, dijo que “más después puede ser”.
Consultada sobre por qué el rechazo a la vacuna contra el coronavirus, señaló que “yo he escuchado que ahí le colocan el virus”. Sobre por qué la de la influenza sí y el covid no, indicó que porque le dijeron que la influenza era “más terrible”.
Ella y su vecino Dago estuvieron contagiados. El hombre también rechazó la vacuna contra el coronavirus. “Le tengo respeto, dicen que da de nuevo el virus”, añadió en el reportaje.
Olga añadió que le ha costado convencer a la gente de la zona para que acceda a la vacuna. Incluso agregó que la semana pasada un adulto mayor de 84 años falleció producto del covid.
De los 120 que deberían estar vacunados en el sector, señala el reportaje, sólo 20 lo están.
