Una mujer que matóa su hijo en una casa de Puerto Montt y después intento suicidarse, es sometida a juicio y su defensa aspira a atenuar la pena por los antecedentes de vida de la acusada.
Jessica Aros a sus 19 años le quitó la vida a Tomás, su hijo de casi 3, que murió asfixiado producto de bolsas en la cabeza. Esta acción fue acompañó con cortes en los brazos, que se autoinflingió la imputada.
La mortal acción estaría vinculada a lo afligida que estaba la joven a la hora de ocurrido el parricidio. Esto, ya que días antes habría sido expulsada de la casa donde vivía con su padre y hasta donde llegó desde la región de Aysen, tras ser abandonada por su madre y luego de presunto abusos sexuales.
“Abandono y abuso”
Con el pequeño de 2 años 11 meses, sólo estaba ella cuando ocurrió el crimen, por lo que su participación no está en duda. Así lo relató el abogado de la Defensoría Penal Pública, Jorge Matzner.
El representante jurídico comentó que cuando murió el niño, la imputada tenía depresión y estaba encasillada mentalmente.
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Cuando la formalizaron, se reveló que la acusada estaba siendo presionada por su familia para que retornen a Coyahique, a la casa de sus abuelos. En el lugar estaba quien la habría abusado durante su infancia y agregó que a la llegada del SAMU y Carabineros, la joven dijo “teníamos que parar de sufrir”.
Jorge Matzner usa el recurso y los antecedentes para explicar también el móvil del parricidio.
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Jessica Aros, en los más de dos años que ha estado privada de libertad -bajo la cautelar de prisión preventiva- ha tenido altos y bajos. Esto, ya que se sometió a tratamientos que buscan contener su situación de salud mental, arrepentida por lo hecho.
La joven, podría ser sentenciada a una pena que va desde los 15 años y tiene como tope el presidio perpetuo calificado, es decir, de por vida, pero con la posibilidad de beneficios pasados 40 años tras las rejas.