Pestilente es el ambiente cada cierto tiempo en las inmediaciones al cruce donde se instaló, en el inicio de la cuarentena para la capital regional, la aduana sanitaria, con todo el equipo humano que eso significa.
Los vecinos acusan su calidad de vida alterada y que están sufriendo incomodidades. Aseguran que desde hace un año se han intensificado los mal olientes problemas.
Claudio Haabert relata que por la tarde, cuando el viento está de sur, el problema es impresionante, reprochando además que se trate de empresas que recaudan millones y se supone deben cumplir con regulaciones.
“No fuera nada que uno dijera son olores, pucha, a lo mejor un vecino, una cámara de un vecino (…), que es una salmonera que supuestamente es una empresa grande que tiene que cumplir con todos los requisitos que te exige el medioambiente, entonces que ellos no pongan de su parte, porque también vienen a obtener ingresos bastante altos por el tema de las salmoneras y que vengan a obstruirle el sistema de vida a los vecinos, igual es bastante complicado”, sostuvo.
Otro vecino, Mauricio, asegura que lo más irritante se genera a la hora de comer o descansar, algo a lo que se exponen adultos mayores y niños habitantes de Las Lomas.
“Todos tenemos niños, es un sector que por decirte algo se ha poblado en los últimos 10 años (…), en su mayoría los que han llegado últimamente son matrimonios jóvenes con niños pequeños, aparte que los adultos mayores también que son un buen grupo también en ese sector”, aseguró.
El origen de la pestilencia estaría ligado a dos pesqueras, Aquaculture y Ludrimar, ambas colindan con un estero que cruza la ruta hacia El Tepual, afluente donde el agua dejó de ser cristalina hace mucho tiempo.
Llegamos a las empresas desde donde nos dijeron que nadie en el recinto podía responder a las inquietudes planteadas por los vecinos de Las Lomas.