Acogiendo una solicitud del administrador apostólico Ricardo Morales, designado por el Papa Francisco en junio de 2018 tras la salida del arzobispo Cristián Caro, nombró como visitador apostólico a Jorge Carlos Patrón Wong, secretario de Seminarios de la Congregación para el Clero, con la intención de abrir un espacio de encuentro y escucha entre sacerdotes, miembros del clero local y los laicos de Puerto Montt.
Lo anterior, para que el enviado pueda “valorar e informar al Vaticano sobre el estado de la vida, el ministerio y la disciplina del clero” y sugerir “iniciativas para el acompañamiento de los sacerdotes”, según reportó por medio de un comunicado la Arquidiócesis de Puerto Montt.
Patrón llegará a la capital de Los Lagos el 19 de enero y permanecerá en Puerto Montt hasta el jueves 24.
El visitador llegará en medio de un tenso ambiente en la zona, donde los fieles se han enfrentado duramente con Morales, quien a su llegada denunció a los sacerdotes Tulio Soto y Darío Nicolás, por apropiación indebida de dineros y tráfico de estupefacientes.
En diciembre pasado, el día de la Inmaculada Concepción, el administrador debió salir escoltado por Carabineros del Campo Nazaret, tras recibir una patada por parte de los adherentes de dichos sacerdotes investigados, quienes piden su salida y lo acusan de dividir a la Iglesia en Puerto Montt.
Por su parte, a mediados de 2018 también surgió el caso de Francisco Núñez Calisto, denunciado por abusos en Puerto Montt y que a fines de julio presentó una carta dirigida al Papa Francisco en la que solicitaba dejar el ministerio a raíz de las acusaciones.
A el se suma también el presbítero Dionisio Muñoz Aro, sindicado por abuso sexual a menores en 1990, tras lo cual fue suspendido de la Iglesia, el mismo día que Fiscalía confirmó una investigación en su contra.
Por su parte, incluso, el propio administrador apostólico Ricardo Morales decidió autodenunciarse en noviembre ante Fiscalía tras una acusación anónima por encubrimiento de abusos, cuyo proceso inició -según dijo- para probar formalmente su inocencia.