Es pasado domingo 13 de agosto, se cumplieron 14 meses de la desaparición de Marco Aurelio Melío Carrasco (61), pastor evangélico al que se le perdió el rastro en la alta cordillera de Curarrehue, en la región de La Araucanía.
Los últimos antecedentes del hombre es que dicha jornada salió de su casa con destino a Huincapalihue para buscar a sus animales; sin embargo, no regresó a su domicilio.
48 días más tarde regresó a la vivienda su perro Rambo, quien acompañaba al pastor. Ese hecho refuerza la hipótesis de la familia que hay personas detrás del extravío del hombre.
En conversación con Radio Bío Bío en Villarrica, Eduardo Melío, hijo del desaparecido, explicó que las buenas condiciones en las que apareció la mascota les hace presumir que no estuvo extraviado sino retenido.
“Al perro de alguna manera lo tuvieron escondido, alimentándolo porque, en las condiciones que llegó, nunca estuvo en la cordillera. Estamos seguros de que las personas que tenían al Rambo, están involucrados en la desaparición de mi padre”, afirmó Eduardo Melío.
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Junto con ello, hizo un llamado a la Fiscalía para que agilice las diligencias, añadiendo que como familia han entregado pruebas suficientes y que permitirían identificar a quienes serían los responsables.
“Tenemos audios, fotos y posibles sospechosos, con sus nombres; entonces queremos que la fiscalía proceda lo más antes posible para saber la verdad y poder tener un descanso”, afirmó.
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También acusó que durante las primeras diligencias tras la desaparición de su padre se cometieron muchos errores. En tanto, como familia, esperan que el Ministerio Público realice diligentemente su trabajo.