Un nuevo peritaje del Servicio Médico Legal (SML) descartó que Pablo Marchant, joven de 28 años que murió en julio del año pasado tras un enfrentamiento armado con Carabineros en Carahue, región de La Araucanía, haya sido herido a corta distancia con impactos de bala.
Lo anterior, se contrapone a lo planteado por un informe efectuado por el exjefe de Tanatología del SML, Bernardo Morales, el cual apuntaba que Marchant había sido ejecutado de rodillas por dos carabineros, según informó La Tercera.
En ese sentido, el nuevo informe -llevado a cabo por la doctora Nubia Riquelme- apunta que los contornos de las heridas registradas por el fallecido “están limpios, sin ahumamiento ni quemadura en la piel, solo erosión y contusión, lo que nos demuestra que el taco ya se había abierto antes de penetrar la piel”.
Esto último, de acuerdo a la profesional, indica que si Marchant hubiese sido herido a corta distancia, “los perdigones más el taco disparados a corta distancia, actuarían como proyectil único, pero a mayor distancia se van dispersando, y su área de dispersión está en relación a la distancia que separa la boca del cañón del punto de impacto del proyectil, y en esta lesión hay perdigones en el borde superior de la lesión de cuero cabelludo, y también los hay en el borde inferior de esta lesión”.
Además, el peritaje del SML afirma que “en los orificios de entrada dependiendo de la distancia, la pólvora deja indicios por gases de la explosión, por la llama, el humo y granos de pólvora. La llama provoca quemadura y los pelos se queman, quedando torcidos y la quemadura en ocasiones suele verse de color amarillento, en la piel se pueden encontrar granos de pólvora no quemada. En disparos a boca de jarro, el humo se deposita sobre la herida y la ennegrece”.
“Si bien hay desgarros de cuero cabelludo estos fueron producidos por las fracturas de la calota al estallar por la onda expansiva del disparo (…) no había en los bordes coloración negruzca, ni ahumamiento, tampoco había cabello quemado en esta área”, agrega Riquelme en su texto.
Asimismo, se expone el hallazgo -en la herida de Marchant- de pequeñas piezas del taco plástico que sale de una escopeta al ser percutada, lo que se traduce en que “el taco se abre antes de entrar al cráneo y penetran solo partes de él, pues de haber entrado completo como en un hipotético caso de disparo a boca de jarro, se habría encontrado el taco completo, incluso sin estallar y con la totalidad de los perdigones en su interior (…) por lo cual la suscrita no considera que la lesión fuera producida a cañón tocante ni a corta distancia”.
Finalmente, el peritaje elaborado por la doctora Nubia Riquelme asevera que “la dispersión de los perdigones, la dirección de estos, la ausencia en el orificio de entrada de características propias de un disparo a “boca de jarro”, (…) Se trata de un disparo a una distancia de 2 a 3 metros aproximadamente y en términos de balística esto es a larga distancia (…) los perdigones satélites provocan las pequeñas lesiones contusa descritas en los bordes de esta herida de cuero cabelludo, hombro, en el brazo, cara anterior de hemitórax izquierdo”.
La muerte de Pablo Marchant
Durante la jornada del 9 de julio de 2021, encapuchados llegaron al fundo Santa Ana-Tres Palos, incendiando un bus, un camión de abastecimiento y un vehículo skidder.
Acto seguido, personal policial que se encontraba en las cercanías acudió a este procedimiento y repelió el ataque, hiriendo de muerte de Pablo Marchant.
Luego se comunicó que se incautó un arma larga, la cual habría sido ocupada por el fallecido.
Tras la difusión de estos acontecimientos, algunos líderes mapuches indicaron que la víctima era a Ernesto Llaitul (26), hijo del líder de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), Héctor Llaitul.
Eso sí, eso fue descartado por el propio Héctor Llaitul horas más tarde.