Suspendido del ejercicio público como sacerdote, tras ser denunciado por el delito de abuso sexual, permanece el párroco de Purén.
La medida, asumida por el obispo de la Diócesis San José de Temuco, Héctor Vargas, deriva de una denuncia formal por abuso sexual que el 7 de octubre de este año fue recibida en la Vicaría Judicial del Obispado de Temuco.
Esta fue realizada por la persona afectada en contra del presbítero, Carlos Aedo Méndez, párroco de la Parroquia San Enrique de Purén, respecto de hechos ocurridos en Galvarino hace 27 años, cuando la presunta víctima era menor de edad.
Ahora, ante la denuncia acerca de esos mismos hechos, el obispo Vargas aplicó lo dispuesto por la Conferencia Episcopal de Chile, para este tipo de situaciones.
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Además, el obispo decidió remitir los antecedentes a la consideración de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, solicitando el levantamiento de la prescripción por el tiempo ya transcurrido, al tiempo que se dispuso el permanente apoyo al denunciante y a la comunidad católica que dirigía el presbítero Aedo.
En su momento, la mencionada situación fue denunciada por la familia a la justicia civil, la que determinó prisión preventiva y una investigación penal.
El obispo de entonces, Sergio Contreras Navia, condenó públicamente los hechos apartándolo de todas sus funciones sacerdotales y eclesiales. Posteriormente, fue absuelto por la justicia.