Los funcionarios del Departamento de Operaciones Subacuáticas trabajaron todo el día de ayer, en el marco de las indagatorias que la Fiscalía realiza junto a la Brigada de Homcidios de La Serena por el asesinato de Cristian Castillo.
Funcionario de la PDI continúan búsqueda en la playa Changa de Coquimbo, en torno a la investigación del caso descuartizado, crimen de Cristian Castillo Perines (26), sujeto que fue asesinado, desmembrado y lanzado al mar en la comuna puerto, en un caso que ha impactado a nivel regional y nacional.
Cuatro funcionarios, miembros del Departamento de Operaciones Subacuáticas de la Policía de Investigaciones, fueron requeridos para rastrear y encontrar nuevos restos de la víctima, en diligencias clave para la investigación que lleva adelante la Fiscalía.
“Conforme a las diligencias anteriores que ha realizado la Brigada de Homicidios, con un trabajo de inteligencia y análisis criminal, se determinó que hay que realizar búsquedas acá en la playa Changa, por lo que se solicitó la concurrencia de buzos criminalistas del Departamento de Operaciones Subacuáticas”, señaló a El Día el comisario Sebastián Morales, jefe de la unidad.
Los buzos llegaron el día lunes, reuniéndose con personal de Armada de Chile para preparar el despliegue, que tomó lugar ayer martes en el sitio fijado como punto de interés para la investigación.
Los trabajos comenzaron en la mañana y se extendieron hasta la tarde. A mitad de la jornada, pasadas las 13:30 horas, el comisario Morales entregó los detalles a este medio, mientras sus hombres continuaban con el rastreo.
“No hemos tenido resultados hasta el momento. El lugar es amplio y hay harto viento, por lo que se levanta una corriente subacuática que imposibilita poder encontrar alguna parte del cuerpo que aún falta”, señaló Morales sobre las primeras horas del operativo.
Las búsquedas bajo el agua
El Departamento de Operaciones Subacuáticas de la PDI tiene base en la Región Metropolitana y concurre a todo el territorio nacional para atender a las distintas instrucciones que reciben de parte de las brigadas de investigación criminal, para indagar diferentes casos que requieran de la inmersión en mar o otros cuerpos de agua profundos.
Es un equipo constituido por buzos profesionales, certificados por la Armada de Chile y utilizan equipamiento especial, principalmente para el rastreo de evidencia.
“Estamos contando con tecnología de ‘ecosonda’ que nos permite detectar anomalías en el fondo marino y estamos haciendo buceo de una profundidad no mayor a los 15 metros. Según el análisis realizado, no es necesario hacerlo a mayor profundidad por ahora”, detalló el comisario Sebastián Morales sobre los trabajos en la playa Changa.
Se espera que el día de hoy los buzos vuelvan a Santiago, debido a otros trabajos a realizar, quedando a disposición de lo que requieran para este caso tanto la Brigada de Homicidios La Serena como la Fiscalía de Coquimbo, con el fin de seguir aportando a la investigación del caso. “Si llegase a aparecer algo, nos avisan y hacemos el correspondiente trabajo”, explicó el comisario.
Caso descuartizado: un crimen impactante
El hecho quedó al descubierto el sábado 18 de noviembre, cuando mariscadores de la zona encontraron una cabeza humana en la orilla de la playa de Peñuelas.
Conforme avanzó la jornada, se hallaron hasta seis restos, que luego fueron confirmados como partes del mismo cuerpo, correspondiente a un sujeto llamado Cristian Castillo, de 26 años, chileno y con antecedentes penales.
Se trató del intento por deshacerse de la evidencia de un macabro crimen, cometido presuntamente por un amigo de la víctima, J.M.P.N., apodado “el Lenguado”, con quien habría compartido domicilio en el último tiempo, en la casa del imputado.
Según la investigación de los hechos, vecinos escucharon una discusión entre ambos sujetos por un teléfono celular y un testigo clave indicó a la policía que “el Lenguado” le había conseguido una sierra eléctrica, que habría ocupado para desmembrar a la víctima luego de estrangularla.
Los peritajes encontraron evidencia biológica de la víctima y el victimario tanto en el arma como en el domicilio, los primeros antecedentes para dilucidar el caso en su totalidad.
Se presume, según las indagatorias, que el hombre habría actuado solo. Se trata de un sujeto que ya había estado en prisión en el año 2001 por el delito de homicidio y el 2003 por homicidio frustrado, además de poseer otros antecedentes como causas por conducción en estado de ebriedad y tráfico de drogas a pequeña escala.
El Juzgado de Garantía fijó un plazo de cinco meses para el desarrollo de la investigación, que apunta hasta ahora, a que el crimen se habría registrado entre el 10 y el 17 de noviembre. Un caso complejo, en que cada pista puede entregar un antecedente importante para determinar la dinámica de lo ocurrido.