El padre del adolescente de 16 años que fue secuestrado en Illapel y posteriormente encontrado en Pichidangui, en la región de Coquimbo, relató las horas de terror que vivió su hijo.
Recordemos que el menor fue hallado por la PDI en buen estado de salud y se detuvo a cuatro personas por este delito.
Los secuestradores hicieron una videollamada al papá del adolescente, donde aparecía su hijo con un individuo con el rostro cubierto. Aquí le pedían $150 millones para su liberación.
No obstante, la tarde del miércoles la PDI confirmó el hallazgo del menor.
En conversación con el matinal Buenos Días a Todos, Juan Dabed, padre del menor, confesó que su hijo “sufrió tortura. Me lo entregaron golpeado, con un ojo que debe ser revisado por los médicos en Santiago, y todo fue bastante dramático”.
Así también señaló que los captores se comunicaban con él para extorsionarlo y que le pedían transferencias. “Lo reconocí inmediatamente. Fue traumático ver cómo lo apuntaban con tres armas. Los tipos estaban golpeándolo y pidiendo transferencias en dinero”, precisó el papá.
“La experiencia no se la doy a nadie, es brutal. Y si no fuera por la tremenda institución que es la PDI de Los Vilos e Illapel, la BIPE, organismo especializado en secuestro, yo seguramente no tendría a mi hijo. Fueron 30 horas de terror”, manifestó Juan.
Recalcando que “a mi hijo me lo entregaron golpeado, torturado, vivo, gracias a Dios, pero torturado”.
“Esto no puede pasar en Chile, menos en una comunidad de 60 mil personas. Somos un pueblo pequeño (Illapel) donde todos nos conocemos”, señaló el padre del menor, informado que “hay dos mujeres involucradas, de 14 y 16 años, que fueron tan violentas como los dos hombres secuestradores”.
Padre relata secuestro de su hijo en Illapel
En esta misma línea, Juan relata que este hecho es “una sustracción de menores, extorsión y vamos a agregar amenaza de muerte contra mi señora, porque fue la que le tocó negociar por instrucciones de la Policía de Investigaciones”.
“Yo me quebré mucho y necesitaban a una persona fuerte, que pudiera negociar. Yo estaba depositando plata como loco, era un cajero automático y fue el peor error que pude hacer, pero en la desesperación, uno hace lo que está a su alcance por recuperar a su hijo”, revela este padre.
En cuanto al encuentro con su hijo, Dabed indicó que cuando lo vio le dijo lo mucho que lo quería. “Nos abrazamos y lloramos. Ahora debo cuidarlo, es sangre de mi sangre”, señaló Juan.