La situación ocurrió cuando el parlamentario respondió un comentario en Twitter, en el que éste, trató a una mujer trans con su nombre de nacimiento. La afectada lamentó la situación, mientras que el legislador aludido, aseguró que su intención nunca fue ofender.

Diputadas oficialistas llevaron a su par de la UDI, Marco Antonio Sulantay, a la comisión de Ética de la Cámara, por un comentario calificado de transfóbico que realizó en redes sociales, a propósito de una discusión por el aumento del salario mínimo.

En concreto, la disputa se originó tras un posteo en Twitter, en el que una usuaria trans, Tamara Casado, señaló que “los diputados de nuestra Región de Coquimbo, Juan M. Fuenzalida y Marco A. Sulantay, votaron contra el salario mínimo. Indecencia pura”.

Su crítica fue contestada por el diputado Sulantay, quien le respondió usando su nombre de nacimiento.

“Hola Rodrigo. Indecente es tu presidente que ni se arruga para incumplir lo que prometió en su programa de Gobierno. ¿Cómo crees que lo harán las pymes para ajustarse a esta alza no programada del gasto operacional? Salarios bonitos en el papel, pero inexistentes en la realidad”, tuiteó.

El hecho de que la nombrara por su antiguo nombre, generó diversas reacciones, incluyendo al delegado presidencial, Rubén Quezada, quien le reprochó su comentario transfóbico.

“Entiendo que la estrategia es radicalizar el discurso para disputar el espacio perdido ante la extrema derecha, pero hay límites diputado. Una cosa es estar en desacuerdo con una política pública y la otra es perder la mínima convivencia. Estos tiempos exigen más de nosotros”, tuiteó.

Al respecto, la diputada comunista, Nathalie Castillo, junto a la bancada feminista, llevaron al diputado a la Comisión de Ética de la Cámara Baja, ya que consideran que se cometió una infracción a la ley Zamudio, norma que -según recordó- fue impulsada por gobiernos de derecha para garantizar y proteger a las personas por su identidad de género.

“Hoy hemos sido testigos de lo más triste, de lo más bajo de la política cuando queremos ganar por la vía del odio y reafirmar este tipo de comportamientos que tenemos que aprender a erradicar”, sostuvo.

Además, mencionó que Tamara Casado era una activista reconocida en la región de Coquimbo, y que además ha sido candidata a diputada y que “merece todo el respeto como mujer”, planteó la parlamentaria.

Tamara Casado acusa injuria por dicho transfóbico

Consultada por El Día, Tamara Casado, no solo lamentó el asunto, sino que también, se mostró extrañada de que el parlamentario gremialista no entendiera la normativa legal que actualmente rige en el país respecto al pleno reconocimiento legal del derecho a la Identidad de Género.

“El diputado Marco Antonio Sulantay no entiende el concepto legal, formal del nombre muerto y que eso quedó en el pasado, porque mi nombre actual es Tamara Casado, formalizada en el Registro Civil e Identificación. Me extraña que no entienda las leyes de este país e incurra en esa grave acción al omitir mi nombre”, señaló.

A su juicio, el diputado “lo hizo con el ánimo de injuriar y de pasar a llevar mis derechos fundamentales como mujer”.

Al respecto, consultada la jefa regional del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Tarcila Piña, expresó que el respeto a los derechos humanos era una obligación de todos quienes representan al Estado, en particular el derecho a la Identidad de Género, que estaba reconocido por ley desde el año 2018.

Así, en el cuerpo legal se establece como Identidad de Género la convicción personal e interna de ser hombre o mujer, tal como la persona se percibe así misma.

“Cuando estamos hablando de funcionarios públicos, estimamos que deben tener un respeto irrestricto hacia la dignidad de las personas. El proyecto de vida de cada persona merece respeto y protección. Para eso existen precisamente los derechos humanos”, dijo Tarcila Piña.

Sulantay y dicho transfóbico: “Se le está dando una importancia que realmente no la tiene”

Consultado el diputado Sulantay por la controversia en la que se ha visto envuelto, sostuvo que a este tema “se le está dando una importancia que realmente no la tiene”.

“Básicamente, porque yo jamás he insultado, ni agredido a nadie, ni menos utilizado un lenguaje violento o agresivo. Es más, quienes agreden, violentan e incluso amenazan, son quienes apoyan a la persona que está reclamando. Es cosa de revisar mi Twitter para corroborar lo que digo. Respecto al caso mismo, es evidente que existe acá un componente político”, señaló.

Sobre los dichos del delegado presidencial, Rubén Quezada, el parlamentario sostuvo que “sería deseable que se preocupara de cumplir bien con su trabajo en lugar de perder el tiempo en las redes sociales, señalando lo que debe o no debe hacer un diputado u otra autoridad”.

De hecho, argumentó que conoce hace más de 30 años a la persona ofendida. “Hoy se amplifica por razones de agenda política. A veces, un hecho sin mala intención, basado en la costumbre, es mucho más fuerte que una ideología”, cerró el diputado.