La jornada de ayer domingo, la Seremi de Salud de la región de Coquimbo, informó la prohibición temporal de baño y actividades recreativas en las playas de La Serena y Coquimbo debido a la presencia de la temida “falsa medusa” fragata portuguesa (physalia physalis).
Hasta entonces, la medida decretada ordenaba el cierre de los balnearios de Cuatro Esquinas, en La Serena, Peñuelas y La Herradura, en el caso de Coquimbo. Sin embargo, esta mañana se sumó la Playa Larga de Guanaqueros a la lista.
El pasado sábado, recién se había levantado la medida de prohibición para la playa Pichidangui, en la comuna de Los Vilos.
Al respecto, la seremi de Salud de Coquimbo, Paola Salas, explicó sobre los riesgos y cuidados que se deben adoptar ante la presencia de esta “falsa medusa” en el borde costero.
Peligros a los que se exponen por fragata portuguesa
La autoridad detalló que los filamentos de la fragata portuguesa se adhieren a la piel, produciendo erosión y llegando a paralizar a personas más pequeñas.
Por otra parte, lo más delicado es que los mismos traspasan enzimas y proteínas, ya que generan toxinas peligrosas. Es decir, un veneno que “se puede ir al corazón y producir algún efecto cardiotóxico en las personas. Podría desarrollarse una arritmia y bloquear el sistema conductor de los latidos del corazón”.
Por lo anterior, en casos más extremos, puede causar incluso la muerte.
Del mismo modo, Salas indicó que no todas las personas están informadas de cómo proceder ante el hallazgo de una fragata portuguesa. Por ello, recalcó que la primera acción debe ser avisar a la capitanía de puerto, a través del mismo personal desplegado en la costa.
En caso de contacto físico con uno de estos ejemplares, advirtió que se debe acudir a un médico. No obstante, reconoció que muchas personas suelen intentar tratarlo de manera casera, cometiendo varios errores, como usar alcohol u otras sustancias para limpiar la zona afectada.
En ese sentido, Salas señaló que la recomendación es no bañarse de inmediato, usar vinagre blanco – o agua de mar en su defecto – por más de 30 minutos para remover los tentáculos que puedan quedar en la piel. Esto, utilizando un elemento de punta roma, como tijeras, para manipular cualquier residuo. Luego, se debe aplicar agua caliente.
“Lo importante es que la gente no las toque”, enfatizó, ya que el traspaso de toxinas puede ocurrir hasta por parte de ejemplares muertos.