La madre de uno de los niños asesinados en Coquimbo bajo la Dictadura Militar busca reabrir el caso, por lo que presentó una nueva querella en búsqueda de justicia.
Se trata de María Bossy, madre de Jimmy Christie Bossy, menor de nueve años, quien junto a su amigo Rodrigo Palma Moraga, de ocho, habrían sido baleados por militares en el sector de Guayacán de Coquimbo, en diciembre de 1973.
Según la abogada querellante, Adriana Rojas, y el representante de las víctimas de la “Caravana de la muerte” (caso por el cual el excomandante en Jefe del Ejército se encuentra procesado), Cristian Cruz, el general (R) sería el principal sindicado en esta acción legal debido al alto rango que ocupaba en ese momento en el Regimiento Arica de La Serena, sumando una nueva causa a las dos en las que se encuentra procesado y condenado en primera instancia.
La querella criminal fue presentada contra quienes resulten responsables de la muerte de su hijo, por lo que exige que se reabra la investigación que fue sobreseída temporalmente en su minuto por falta de antecedentes.
Nuevos testimonios
Según indicó la abogada Adriana Rojas, existen nuevos antecedentes sobre la mesa: “Hemos podido acceder a relatos de conscriptos que dicen que ellos estaban al resguardo del sector donde fueron hallados los niños, otros que dicen que participaron de la búsqueda de los menores. Datos que en no se han incorporado a la causa”.
Además, precisó Rojas, no dan crédito a las pericias que se realizaron en su minuto, ya que se realizaron por personas vinculadas directamente al régimen militar. “Notamos que estas pericias las hicieron personas que hoy en día están cumpliendo condena en Punta Peuco, o sea, estamos hablando de criminales de lesa humanidad que ellos mismos investigaron estos hechos”.
“Los Ángeles de Guayacán”
El caso de los menores desaparecidos fue ampliamente bullado y es uno de los asesinatos más crueles que se recuerde en la región bajo la dictadura militar.
Fue el 24 de diciembre cuando se vivió la navidad más triste en el puerto de Coquimbo. Ese día, por la tarde, tres niños -Rodrigo Javier Palma Moraga, Jimmy Christie Bossy y Nelson Patricio Díaz Gajardo-, jugaban en los estanques de combustible cercanos a su población.
El padre de Nelson Patricio, los vio y se llevó a su hijo a casa. Sin embargo, Rodrigo y Jimmy jamás volvieron. En primera instancia se habló de secuestro. Lo cierto es que esa misma noche, la gente del sector y la familia de los niños se organizó para salir a buscarlos, pasando a llevar incluso el toque de queda.
Según consigna un reportaje de El Siglo de 2001, “como consecuencia de la desaparición de los menores, la vida del barrió cambió radicalmente. La casa de Raúl Palma, padre de uno de los niños, se veía permanentemente custodiada”.
No fue sino hasta agosto de 1978, cuando un grupo de niños jugaban en el sector donde los menores que habían desaparecido, que encontraron los restos sepultados a orillas del camino que conduce a La Herradura.
Según los informes, estaban a 100 metros de sus casas, a una profundidad no superior a los 20 centímetros, lo que “resulta completamente incomprensible dado que en el lugar se buscó afanosamente, incluso con los perros policiales”, relata Anita Merino.
En la primera querella, que quedó sobreseída temporalmente por falta de pruebas, según la abogada Rojas, se citaba, en calidad de inculpados, a Ariosto Lapostol Orrego, comandante del Regimiento Arica, Juan Emilio Cheyre Espinoza, que en el momento de ocurridos los hechos se desempeñaba como ayudante del comandante Lapostol, e iba dirigida contra Augusto Pinochet y todos los que resultaran responsables.