El consorcio chileno español, INIMA-CVV Copiapó, construirá en la región de Atacama la primera y única planta desaladora del país financiada con fondos públicos.
Las obras, que significarán una inversión de 72,6 millones de dólares, comenzarán a fines de 2017 y la planta verá la luz durante 2020, indicó el Gobierno Regional (GORE) a través de un comunicado de prensa.
“Este es un proyecto concretado por el Gobierno de la presidenta, Michelle Bachelet, quien en noviembre de 2015 anunció el financiamiento para la primera etapa”, precisó el GORE en el escrito.
La licitación estipuló que, una vez en construcción, se debe contratar mano de obra local y que, una vez finalizada, el consorcio asuma “la operación de las instalaciones por un periodo de dos años (…) para garantizar la óptima puesta en marcha de la desalinizadora”.
“Lo que hemos hecho con estas bases es transparentar la responsabilidad total de quien diseña y construye y la mejor forma de hacerlo es entregándoles la operación de la planta al constructor, por un periodo que nos garantice su buen funcionamiento en el largo plazo”, sostuvo el gerente general de Econssa, empresa estatal a cargo de adjudicar la obra, Patricio Herrera.