La clínica veterinaria Evolución Animal SpA fue condenada a pagar una indemnización total de $4,5 millones de pesos por la muerte de la mascota de una familia.
El fallo fue emitido por el Segundo Juzgado de Letras de Arica, donde el magistrado Gonzalo Quiroz Espinoza estableció la responsabilidad de la clínica por el “actuar negligente y con vulneración en la intervención a que fue sometido el animal”.
Según se lee en el fallo, el fallecimiento de la mascota se trata de un incumplimiento en la obligación de recuperar la salud del animal, quien hasta antes de la intervención se encontraba en buen estado de salud y siendo cuidado por sus dueños.
“Era una obligación posible de cumplir, tratándose de un resultado razonablemente esperable, en el contexto de salud en el que se presentó el animal a la clínica, sin que por ello sea menester ingresar a la discusión teórica sobre la naturaleza de medio o resultado de la obligación de la que se trata”, indica el texto.
La resolución agrega que el demandado no rindió pruebas para establecer los protocolos que debía seguir ante la decisión de intervenir al animal o para demostrar que su muerte fue consecuencia de un caso fortuito por el efecto indeseado de un medicamento.
“Solo puede concluirse que su incumplimiento, fue culpable, sin que obste para ello, el consentimiento informado otorgado por los actores, pues tal autorización, supone el cumplimiento de los protocolos y reglas de la lex artis que en este proceso no se han conocido y cuya existencia y observancia, no se probó”, añade.
Montos de la indemnización por muerte de mascota
Respecto a los montos que deben ser cancelados, el tribunal estipuló la suma de $2.000.000 para la dueña de la mascota, $2.000.000 para su hijo y $500.000 para este último por concepto de daño moral.
“Según la prueba rendida, fueron los más afectados por la muerte de Spunky, según se demuestra en la terapia que recibieron. El monto que parece adecuado a la entidad de la pérdida sufrida por cada uno de ellos y se ajusta a la doctrina de que la indemnización no puede ser fuente de lucro, pues por grave y doloroso que resulte la perdida de una mascota, no puede generar la misma entidad de daño moral, que la muerte de un ser humano”, concluye.