Diego Barrera, exfuncionario de la Seremi de Vivienda de Antofagasta, acusó una serie de irregularidades durante el período del exseremi Carlos Contreras. Además, aseguró que las fundaciones con que trataban tenían falta de experiencia y deficiencias en sus informes técnicos. "Entregaban un PDF de 5 o 10 páginas, con fotos comiendo empanadas o choripanes para justificar en qué se gastaba la plata", aseguró.

Un exfuncionario de la Seremi de Vivienda de Antofagasta entregó su testimonio en el marco del denominado Caso Convenios.

Se trata de Diego Barrera, militante de Renovación Nacional, quien trabajó durante el período del exseremi Carlos Contreras. Este último fue jefe de gabinete de la diputada Catalina Pérez y está siendo indagado por el traspaso de $426.000.000 a la fundación Democracia Viva.

En entrevista con La Segunda, señaló que detectó una serie de irregularidades durante su permanencia en esta repartición. Por ejemplo, aseguró que su sueldo se lo pagaba una fundación.

“Me dijeron que mi sueldo sería de $1.350.000 bruto. (…) Como me entrevistó un funcionario de la Seremi, pensé que sería la Seremi quien me contrataría. Pero al final de mes, cuando tenían que entregar mi boleta a honorario, me dicen que tenía que hacerlo por la Fundación Campamento Ideas”, sostuvo.

En ese sentido, agregó que “fue ‘tienes que hacer la boleta o no te pagamos’. Quiero aclarar que no tengo ningún vínculo con esa institución”.

Falta de experiencia de las fundaciones

Barrera relata que tu trabajo era fiscalizar a diferentes entidades, pero que durante las primeras tres semanas no supo a cuáles.

“Hacíamos otras tareas. Por ejemplo, teníamos acceso al Sistema para la Gestión Financiera del Estado, algo que en estricto rigor no nos correspondía, porque no éramos formalmente funcionarios públicos”, indicó.

Ya en el momento de fiscalizar, afirmó que nunca tuvo relación con la fundación que le pagaba su sueldo.

Por otra parte, describió algunos problemas que tuvo durante su trabajo. “En mi caso, me tocaba revisar la rendición financiera. Tenían tantos errores que los citaba y les hacía ver con el fin de que al próximo mes no los repitieran”, comentó.

“A muchos les molestó eso porque, entre otras cosas, les podía significar una nota de demérito. Eso significaba problemas a futuro como no poder postular a otros convenios o, simplemente, no recibir la segunda cuota”, añadió el exfuncionario de la Seremi de Antofagasta.

En este contexto, el militante de RN asevera que se notaba una falta de experiencia por parte de las fundaciones y que no contrataban a contadores para sus rendiciones financieras.

“Carlos Conteras era una persona altanera”

A Carlos Contreras, primer cortado del Gobierno tras estallar el Caso Convenios, lo describió como “una persona altanera, que tenía malos tratos con los funcionarios. El día que me despidieron fui a hablar con él y me trató mal, me echó de la oficina”.

También se refirió a la concejala Paz Fuica, parte del círculo de Contreras. “Hable con ella pues había ciertos contratos, como con ProCultura, donde la fundación arrienda un inmueble en Antofagasta por $54.000.000. Le dije que no me calzaba el monto”, dijo.

Diego Barrera explicó que “acá en Antofagasta un arriendo de una oficina sale entre $800.000 y $1.800.000 en un sector muy bueno. Pero ella me dijo que no me metiera porque esto estaba conversado con el seremi Carlos Contreras y el representante de la fundación en la región”.

Finalmente, describió una última situación que no le pareció correcta, ligada a los informes técnicos que presentaban las fundaciones.

“Eran informes de estudiantes de primera semana de universidad. Entregaban un PDF de 5 o 10 páginas, con fotos comiendo empanadas o choripanes para justificar en qué se gastaba la plata”, cerró.