Una profesora de Enseñanza Básica de la Escuela D-68 José Papic de Antofagasta denunció a uno de sus colegas de agredirla sexualmente mientras ella se encontraba en su sala de clases.
Según el relato de la denunciante, el profesor denunciado habría ingresado al lugar para violentarla sexualmente, realizando insinuaciones indebidas que terminaron en tocaciones sin su consentimiento. Este hecho no habría sido el único que afectó a la funcionaria, pues en ocasiones anteriores aseguró haber recibido invitaciones no deseadas a su casa a “pasarla rico” y comentarios inoportunos respecto a su físico.
La docente denunció este caso ante Fiscalía y Carabineros, además de dar conocimiento a la dirección escolar y la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Antofagasta (CMDS).
Y mientras que la Fiscalía confirmó que existe una investigación en proceso, la profesora acusó que no hubo un buen proceder por parte del establecimiento educacional y su entidad reguladora. “No me protegieron, no me contuvieron. Me aislaron y me rechazaron. Me dejaron mensajes en visto y correos sin responder. Fue nefasta la actitud. Fui yo quien tuve que dirigirme a las oficinas a preguntar qué estaba pasando por mi caso”, aseguró a Diario de Antofagasta.
La pedagoga agregó que la CMDS no la podía atender porque se encontraba con licencia médica, aunque desde la Mutual de Seguridad le dijeron que eso no era un impedimento y que sí tenían que reunirse con ella. “Se negaron a atenderme, tuve que insistir y sólo por eso me atendieron”, aseguró.
Además, en la misma corporación no quisieron aceptar como evidencia de los hechos un audio de voz que la profesora grabó cuando su colega admitió el hecho de violencia después de ser increpado por ella. Desde la entidad empleadora le habrían dicho que el audio fue grabado sin el consentimiento del presunto agresor y la funcionaria podría haber “alterado la voz”. “Fue una protección indirecta hacia él, dudaron de lo que mis palabras afirmaban”, expresó.
Eso no fue todo, ya que a pesar de pedir discreción con su caso en la escuela, el rumor se dio a conocer a otros funcionarios, generando un ambiente hostil para ella por las miradas y los comentarios que empezó a recibir. “Cuando llegué a la escuela todos me miraban raro, otros con lástima, con pena, con odio. Fue tan incómodo que yo tuve que continuar con licencia médica porque no aguanté”, recordó.
Asimismo, afirmó que le sugirieron ausentarse a actividades masivas en donde se pudiera encontrar con el presunto victimario, lo que generó que la docente sintiera un aislamiento a ella como víctima y no a su agresor. “Es una sensación asquerosa la que aún tengo cuando empiezo a recordar cómo me enfrenté el sistema”, recalcó.
El hecho de encontrarse con esta persona, ha generado en la profesora una revictimización del acto de violencia, por lo que ha tenido que tomar medidas extremas para evitar verlo, ya que hasta la fecha y según confirmó este medio, el funcionario continúa trabajando en el establecimiento.
“Tuve que orinar en una botella dentro de mi sala, porque bajar la escalera para dirigirme al baño, era verlo y significaba sentir y revivir una rabia que no puedo explicar”, dijo la educadora. La mujer además confirmó que ha tenido que buscar ayuda con psicológica particular, puesto que desde la Mutual de Seguridad sólo en una oportunidad le entregaron atención, de forma online.
Segundo caso de agresión al interior de escuela en Antofagasta
El caso de la agresión sexual contra la docente es el segundo episodio de violencia que se denuncia durante las últimas semanas en la Escuela D-68 José Papic de Antofagasta.
El pasado 12 de septiembre, a través de sus redes sociales, la profesora de enseñanza básica Katherine Yoma denunció agresiones físicas y psicológicas por parte de una estudiante y su apoderado en la mencionada escuela.
“Me las vas a pagar, por tu culpa mi hija no está en la escuela”. Esas son las amenazas que la docente aseguró haber recibido por parte del apoderado de su alumna, quién también la habría amenazado de muerte.
Precisamente la denuncia de Katherine Yoma hizo que la profesora de Enseñanza Básica expusiera lo vivido con su colega. “Tenía la esperanza de que iban a hacer justicia, lo van a reubicar, van a pedirle que me pida disculpas y que nunca más lo haga con alguien, ni con una menor ni con una adulta”, sentenció.
“La violencia no está solamente entre profesores, está entre alumnos y desde apoderados hacia profesores y estudiantes. Todo queda ahí. Las medidas no se toman a cabalidad y en el momento que deben tomarse”, aseguró la afectada.