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A finales de enero, el Frente Amplio ratificó que disputará -con Gonzalo Winter como principal nombre- la última presidencia de la Cámara de Diputadas y Diputados de este período legislativo, defendiendo el acuerdo administrativo original. Sin embargo, diputados desaforados y la molestia de los diputados exPDG, podrían ser claves no solo para arruinar las pretensiones del FA, sino que también para que la oposición pueda estar frente a su mejor oportunidad para arrebatar al oficialismo -en año electoral- el control de la corporación.

Recordemos que, mientras concluía la tramitación de la reforma de pensiones durante la última semana de enero, el Frente Amplio ratificó su intención de hacer valer el acuerdo administrativo original de la Cámara de Diputadas y Diputados, para llegar a la presidencia de la corporación.

Según las palabras que ellos mismos usaron, no hay ni una “disputa” o “búsqueda” de ningún tipo, sino que simplemente es un derecho que tienen en el marco del acuerdo que, ajustes más ajustes menos, entienden como cumplido a cabalidad hasta ahora.

Para ello, el nombre elegido para ocupar la presidencia de la Cámara de Diputados es Gonzalo Winter. El diputado dijo a los micrófonos de Radio Bío Bío el 31 de enero pasado que “nosotros entendemos que si uno mira el acuerdo administrativo y lo lee, en el último periodo, dice Frente Amplio”.

Consultado sobre su interés de asumir como presidente de la Cámara, Winter dijo con un poco del tono irónico que lo caracteriza que “siempre estoy interesado en servir a mi país, donde sea, donde pueda ser un aporte, siempre voy a estar feliz de serlo”.

FA buscará la presidencia de la Cámara: Diputados desaforados y exPDG podrían arruinar la elección

Uno de sus principales argumentos, como lo plantea el diputado Jaime Sáez, es que ellos han bregado por mantener el acuerdo durante todos estos años y que han apoyado a todas las opciones oficialistas que han correspondido, para mantener el pacto de coalición.

En enero, era común preguntar a parlamentarios por la situación de la Mesa y recibir una mueca llena de dudas, como si no tuviesen la más mínima idea o como si fuese un tema que no valía pensar mucho.

No obstante, había una idea, más bien un rumor respecto a la posibilidad de que se hiciera una mesa “integrada” o “mixta”, entre oposición y oficialismo, como lo hizo la UDI y el PS en el Senado a inicios de este período.

En ese sentido, se pensó que podía haber una presidencia del Socialismo Democrático de algún parlamentario “no incumbente”. Básicamente, alguien que se supiera que no va a la reelección por haber cumplido 12 años como diputado. Y de ese pequeño grupo, el diputado PS Leonardo Soto ha sonado tímidamente como una opción al interior del conglomerado oficialista.

De hecho, la idea de un camino mixto no es tan mal vista en algunos sectores de la centroizquierda, entendiendo que el año electoral y el despliegue de los candidatos, podrían dar pie a una administración meramente técnica de la corporación.

Camila Musante, jefa de bancada Independientes PPD, dijo que se podía tener una “conversación responsable”.

En todo caso, hay otras razones, principalmente debido a que Karol Cariola llegó a la presidencia de la Cámara baja gracias en parte al voto a favor de Catalina Pérez y la abstención de Francisco Pulgar y ambos están desaforados, al igual que el diputado independiente del Partido Republicano, Mauricio Ojeda.

Otra dificultad es la dura posición de Rubén Oyarzo, exdiputado PDG que recuerda que a lo largo del acuerdo administrativo se saltaron a esa colectividad, que llegó a la Cámara con 7 diputados el 2022 y ahora no tienen ninguno.

En este contexto, Chile Vamos huele una oportunidad que en este período no ha tenido, ya que si logran presentar una fórmula con Demócratas, ex PDG y el Partido Social Cristiano, es posible que tengan los votos para llegar a la mesa, algo que confirmó el subjefe de bancada de la UDI, Henry Leal.

¿Y qué pasa si hay mucha tensión, nadie parece tener los votos y las fuerzas mayoritarias estiman que no vale la pena el esfuerzo? Otro rumor de pasillo es la posibilidad de que la mesa de Karol Cariola continúe hasta el fin del período, como lo hizo en su momento una terna liderada por el RN, Diego Paulsen.

De todas maneras, este es un año electoral por definición, y pese a que los presidentes de la Cámara tienen un mal historial para salir reelectos, la figuración mediática del cargo es tentadora.

Eric Aedo es segundo vicepresidente de la Cámara y asumió algunas funciones de la presidenta de la corporación, Karol Cariola, durante su pre y postnatal. Ante todo, dice que apoya el acuerdo original, pero detecta grandes dificultades para una fórmula mixta o para el triunfo del oficialismo.

Son muchas las líneas abiertas para analizar la votación de la mesa. Hay quienes especulan que si la presidenta Michelle Bachelet se convierte en la carta presidencial del Socialismo Democrático, no sería aceptable que el FA presida la Cámara, pero por ahora desde el PS le quitan peso al vínculo entre ambas cuerdas.

También en la oposición la unidad podría no estar garantizada, debido a que el rol del Partido Republicano y el Partido Social Cristiano aún está por verse, considerando que el nombre que elijan para la mesa podría ser clave en un año en que las derechas también disputarán internamente el poder.