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Según Osvaldo Rosales, exjefe negociador del TLC entre Chile y EE.UU., la posibilidad de que Trump ignore el acuerdo para imponer aranceles al cobre chileno es real, calificando al mandatario como un "oligarca desenfrenado". A pesar de los intentos del ministro Van Klaveren por calmar la situación, Rosales advierte que Trump podría ignorar el TLC firmado en 2004, aunque existen mecanismos de resolución de controversias. El experto destaca que, en casos como este, ningún tratado es garantía absoluta frente a actos anómalos, y señala que la respuesta de Chile debería ser acudir a los mecanismos establecidos y unirse a organizaciones empresariales para contrarrestar posibles medidas perjudiciales. Además, destaca la importancia de proteger la institucionalidad ante posibles acciones que pongan en riesgo los acuerdos internacionales.
El exjefe negociador del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y Estados Unidos (EE.UU.) de 2004, Osvaldo Rosales, advirtió que nada garantiza que Trump respete el acuerdo para imponer aranceles a las importaciones de cobre chileno.
Así lo aseguró el también exdirector de Comercio Internacional e Integración de la CEPAL en entrevista exclusiva con Radio Bío Bío.
Recordemos que el ministro Alberto van Klaveren ha intentado poner paños fríos a la arremetida comercial anunciada por Trump, pidiendo no “alarmarse”.
“No hay nada concreto todavía, y lo que está claro es que Estados Unidos va a seguir necesitando el cobre chileno. Y creo que efectivamente hay que esperar, no hay que alarmarse”, señaló en Infinita.
No obstante, para Osvaldo Rosales, la posibilidad de que Trump pase por alto el TLC con Chile es real, considerando que -a su juicio- el mandatario estadounidense es un “oligarca desenfrenado”.
La pretensión de Donald Trump de imponer estos aranceles a importaciones de cobre, entre ellas las chilenas, ¿podría contravenir el Tratado Libre de Comercio (TLC) que Chile firmó con Estados Unidos en el año 2004?
Por supuesto, y pisotearía el acuerdo que fue aprobado por el Congreso Norteamericano y por el Congreso Chileno. Ahora, Trump es un sátrapa, que no tiene límites y por lo tanto podría pasar por arriba de él, pero de acuerdo a lo que está establecido en el TLC, no podría hacerlo.
¿En caso que lo haga, el TLC tiene algún mecanismo de resolución de controversias?
Por cierto, hay un capítulo específico de resolución de controversias y Chile podría acudir a dicho capítulo, pero siempre estamos hablando de personas normales, de instituciones normales. Por lo tanto, nadie podría asegurar que en esa controversia, quien tenga la razón efectivamente se imponga, porque estamos hablando de un ser anómalo como Donald Trump.
O sea, en esta coyuntura concreta, según lo que usted me dice, ¿el TLC no es garantía para la imposición de aranceles al cobre? ¿No es garantía del TLC por estos días?
Pero perdón, ¿qué quiere que le diga? ¿Qué garantía tienen los canadienses que tienen un Tratado Libre de Comercio con Estados Unidos? ¿Qué garantía tienen los mexicanos que tienen un Acuerdo Libre de Comercio con Estados Unidos? A lo imposible nadie está obligado.
El TLC te blinda respecto de acciones anómalas de ese tipo, pero contra el poder imperial en manos de este oligarca desenfrenado, por supuesto que es posible que apliquen aranceles. No sé si queda claro el punto.
En este escenario que usted describe, ¿cuál podría ser, basado en su experiencia en la negociación con Estados Unidos, la actitud del gobierno de Chile frente a esta situación anómala?
A ver, la actitud debería ser, en ese eventual caso, acudir al esquema de solución de controversia para mostrar que seguimos siendo un país que respeta sus tratados, que respeta sus acuerdos internacionales, y ligarse a las organizaciones empresariales, importadoras de Estados Unidos, que obviamente se van a ver también perjudicadas por esta medida, y tratar por esa vía de establecer un issue que permita el debate interno en Estados Unidos.
Y obviamente, cuando una autoridad como la presidencia de Estados Unidos, ni más ni menos, pisotea los acuerdos que el Estado norteamericano ha firmado, con el aval de su Congreso, con el aval de toda su institucionalidad, es esa institucionalidad la que está amenazada, y por lo tanto ahí hay que llevar el debate.