La migración de delitos violentos hacia zonas rurales ha generado la atención y preocupación de las autoridades. Esto, luego de conocerse un explosivo aumento de homicidios en estos lugares, a lo que la ministra del Interior, Carolina Tohá, señaló que “hay que poner mucha atención”.
La poca dotación policial derivada de la poca población, amplio territorio inhóspito y la inexistencia de cámaras de seguridad, son carne de cultivo para que el crimen organizado se propague rápidamente. Así lo explicó Raúl Carnevali, profesor de Derecho Penal de la Universidad de Talca.
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La preocupación de las autoridades
En ese sentido, Tohá destacó que los niveles de delitos violentos en zonas rurales siguen siendo bajos, pero reconoció preocupación al respecto. Así, afirmó que “hay metodologías propias para las zonas rurales” -diferentes al Plan Calles Sin Violencia- que se están trabajando con alcaldes de estos lugares.
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En tanto, el gobernador de Santiago, Claudio Orrego, indicó que la situación no está ajena a la región Metropolitana, la que también cuenta con una serie de zonas rurales en las periferias.
El hallazgo de cadáveres en lugares como Alhué y María Pinto, o los homicidios ocurridos en Til-Til, Lampa y Talagante, son síntoma de una problemática que hay que abordar, según Orrego, con recursos en comunas rurales y poniendo un punto final a la ruta del dinero.
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Recordemos que la Asociación de Municipalidades del Norte de Chile, anunció que pedirán al Gobierno la creación de “un decreto de seguridad de emergencia”, proyecto que aseguran sería similar a un estado de excepción, para abordar esta situación de delitos violentos.